Encontrados 26 resultados para: ponga
"Llama a la tribu de Leví para que asista al sacerdote Aarón y se ponga a su servicio. (Números 3, 6)
Balaán dijo a Balac: "Aquí me tienes junto a ti. ¿Podría yo ahora decir algo por mí mismo? La palabra que Dios me ponga en boca, ésa diré". (Números 22, 38)
¡Maldito el hombre que haga un ídolo tallado o fundido, cosa horrible para el Señor, obra de artífice, y lo ponga en lugar oculto! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 15)
¡Maldito el que no se atenga a las palabras de esta ley y no las ponga en práctica! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 26)
Reunid junto a mí a todos los ancianos y jefes de vuestras tribus para que yo les recite estas palabras y ponga al cielo y a la tierra contra ellos. (Deuteronomio 31, 28)
Y vosotros rechazáis hoy a vuestro Dios, que os ha salvado de todas vuestras desgracias y peligros, al pedir que os ponga un rey sobre vosotros. Por tanto, presentaos ante el Señor por tribus y por clanes". (I Samuel 10, 19)
Abner envió mensajeros a David para decirle: "Haz un pacto conmigo, y yo te apoyaré para que todo Israel se ponga de tu parte". (II Samuel 3, 12)
Concede a mi hijo Salomón un corazón perfecto para que guarde tus mandamientos, tus preceptos y tus leyes, para que los ponga en práctica y construya el templo que yo te he preparado". (I Crónicas 29, 19)
y les di estas órdenes: "No se abrirán las puertas de Jerusalén hasta que el sol comience ya a calentar; y antes que se ponga, se cerrarán bien echando las barras. Los habitantes de Jerusalén montarán guardia, unos en su puesto y otros delante de su propia casa". (Nehemías 7, 3)
No retrocedas ante el insolente, para que no ponga una emboscada a tus palabras. (Eclesiástico 8, 11)
y te diga: "Bueno es tu camino", y se ponga al acecho después para ver lo que te sucede. (Eclesiástico 37, 9)
Pero antes la nación y el reino que no se someta a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no ofrezca su cuello al yugo del rey de Babilonia, serán castigados por mí con espada, hambre y peste -dice el Señor-, hasta que los ponga en sus manos. (Jeremías 27, 8)
