Encontrados 206 resultados para: obra

  • Pues el que os da el Espíritu y obra milagros en vosotros, ¿lo hace porque cumplís la ley o porque habéis aceptado la fe que os anunciaron? (Gálatas 3, 5)

  • a fin de perfeccionar a los cristianos en la obra de su ministerio y en la edificación del cuerpo de Cristo, (Efesios 4, 12)

  • persuadido de que quien comenzó en vosotros la buena obra la llevará a feliz término para el día de Cristo Jesús. (Filipenses 1, 6)

  • sin dejaros intimidar en lo más mínimo ante vuestros adversarios; lo que para ellos es señal de perdición, lo es en cambio para vosotros de salvación, y esto por obra de Dios. (Filipenses 1, 28)

  • pues es Dios el que obra en vosotros el querer y el obrar, según su voluntad. (Filipenses 2, 13)

  • que por la obra de Cristo estuvo a punto de morir poniendo en peligro su vida para proporcionarme en vuestra ausencia los servicios que vosotros no me podíais prestar. (Filipenses 2, 30)

  • y os comportéis de una manera digna del Señor, intentando complacerle en todo, fructificando en toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios, (Colosenses 1, 10)

  • ya que en él quiso el Padre que habitase toda la plenitud. c) En la obra de reconciliación. (Colosenses 1, 19)

  • Y a vosotros, que fuisteis un día extraños y enemigos de corazón y de obra, (Colosenses 1, 21)

  • con miras a lo cual me fatigo y lucho apoyado en la fuerza de Cristo, que obra poderosamente en mí. (Colosenses 1, 29)

  • En este sentido pedimos sin cesar por vosotros: que nuestro Dios os haga dignos de vuestra vocación y que con su poder lleve a término todos vuestros buenos deseos y la obra de vuestra fe. (II Tesalonicenses 1, 11)

  • y estar acreditada por sus buenas obras, tales como haber educado bien a sus hijos, haber ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los creyentes, haber socorrido a los atribulados, haber practicado toda clase de obra buena. (I Timoteo 5, 10)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina