Encontrados 43 resultados para: leones

  • Saúl y Jonatán, tan queridos y amados, no fueron separados ni en la vida ni en la muerte; más veloces que águilas, más fuertes que leones. (II Samuel 1, 23)

  • Sobre los paneles había esculpidos leones, bueyes y querubines; y sobre los marcos, tanto encima como debajo de los leones y bueyes, guirnaldas de flores formando colgantes. (I Reyes 7, 29)

  • Sobre las planchas de los ejes y sobre los paneles entalló querubines, leones y palmas, según el espacio de cada uno, con guirnaldas alrededor. (I Reyes 7, 36)

  • El trono tenía seis gradas: la parte superior, el respaldo redondo, brazos a ambos lados del asiento, dos leones apostados junto a los brazos (I Reyes 10, 19)

  • y doce leones a ambos lados de las gradas. Nunca se había hecho cosa semejante en reino alguno. (I Reyes 10, 20)

  • Como al empezar a residir allí no temían al Señor, el Señor les envió leones, que hacían estragos entre ellos. (II Reyes 17, 25)

  • Entonces dijeron al rey de Asiria: "Las gentes que trajiste e instalaste en las ciudades de Samaría no conocen el culto del Dios del país, el cual les ha mandado leones que hacen estragos entre ellos por no conocer el culto del Dios del país". (II Reyes 17, 26)

  • También algunos gaditas se unieron a David cuando estaba en el refugio del desierto. Eran hombres valerosos, hombres guerreros, prontos al combate, hábiles en el manejo del escudo y de la lanza, semejantes a leones y ligeros como las gacelas de los montes. (I Crónicas 12, 9)

  • tenía seis gradas, un cordero de oro en el respaldo, brazos a ambos lados del asiento, dos leones apostados junto a los brazos (II Crónicas 9, 18)

  • y doce leones a ambos lados de las gradas. Nunca se había hecho cosa semejante en reino alguno. (II Crónicas 9, 19)

  • no sea que, como leones, me desgarren, me despedacen sin que haya quien me libre. (Salmos 7, 3)

  • ávidos abren contra mí sus fauces, cual leones que rugen y desgarran. (Salmos 22, 14)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina