Encontrados 1851 resultados para: hijo

  • Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es más grande; pues el testimonio de Dios es que ha testificado de su Hijo. (I Juan 5, 9)

  • El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí mismo el testimonio. El que no cree en Dios le considera mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. (I Juan 5, 10)

  • Éste es el testimonio que Dios nos ha dado: la vida eterna, y esta vida está en su Hijo. (I Juan 5, 11)

  • El que tiene al Hijo, tiene la vida; y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. (I Juan 5, 12)

  • Os escribo esto para que sepáis que vosotros, que creéis en el nombre del Hijo de Dios, tenéis la vida eterna. (I Juan 5, 13)

  • Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca; pero el Hijo de Dios lo guarda, y el maligno no lo toca. (I Juan 5, 18)

  • Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna. (I Juan 5, 20)

  • que la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estén con nosotros, junto con la verdad y el amor. (II Juan 1, 3)

  • El que se sobrepasa y no permanece en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; pero el que permanece en la doctrina tiene al Padre y al Hijo. (II Juan 1, 9)

  • y en medio de los candelabros como un hijo del hombre, vestido con una larga túnica y ceñido con un cinturón de oro alrededor de su pecho. (Apocalipsis 1, 13)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Tiatira: Esto es lo que dice el hijo de Dios, que tiene los ojos como una llama y los pies como el bronce fundido a fuego. (Apocalipsis 2, 18)

  • su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las lanzó sobre la tierra. El dragón se puso delante de la mujer en trance de dar a luz, para devorar al hijo tan pronto como le diera a luz. (Apocalipsis 12, 4)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina