Encontrados 1668 resultados para: había

  • Cuando Labán oyó que había llegado su sobrino Jacob, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. Jacob contó a Labán todo lo sucedido. (Génesis 29, 13)

  • Entonces Lía, viendo que había dejado de tener hijos, tomó a Zilpa, su esclava, y se la dio a Jacob por mujer. (Génesis 30, 9)

  • y, con todo su ganado y todo lo que había adquirido en Padán Arán, se puso en camino hacia Isaac, su padre, a la tierra de Canaán. (Génesis 31, 18)

  • Mientras Labán se había ido al esquileo de sus ovejas, Raquel robó los ídolos familiares a su padre. (Génesis 31, 19)

  • Al tercer día Labán se enteró de que Jacob había huido (Génesis 31, 22)

  • Labán alcanzó a Jacob, que había plantado sus tiendas en el monte; Labán también plantó las suyas en el mismo monte de Galaad. (Génesis 31, 25)

  • ¡Pero aquel en cuyo poder encuentres tus dioses, no vivirá! Delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tuviera tuyo y llévatelo". Jacob no sabía que los había robado Raquel. (Génesis 31, 32)

  • pero ésta había tomado los ídolos y los había escondido debajo de la albarda del camello, sentándose encima de ellos. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no los encontró. (Génesis 31, 34)

  • y diréis también: tu siervo Jacob viene detrás de nosotros". Pues se había dicho a sí mismo: "Primero le apaciguaré con el regalo que le mando, después me presentaré a él, y espero que me haga buena acogida". (Génesis 32, 21)

  • Compró después a los hijos de Jamor, padre de Siquén, por cien monedas de plata, el trozo de campo donde había levantado su tienda, (Génesis 33, 19)

  • Jacob se enteró de que Siquén había deshonrado a Dina; pero como sus hijos estaban en el campo con el ganado, se calló hasta que ellos regresaron. (Génesis 34, 5)

  • Cuando los hijos de Jacob, a su vuelta del campo, se enteraron de lo ocurrido, se indignaron y se llenaron de ira por la infamia que había cometido Siquén acostándose con la hija de Jacob. "¡Eso no se hace!". (Génesis 34, 7)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina