Encontrados 33 resultados para: gritar

  • llamó a sus criados y les dijo: "Mirad, nos ha traído un hebreo para abusar de nosotros. Se acercó a mí para acostarse conmigo, pero yo me puse a gritar (Génesis 39, 14)

  • pero, al ver que yo me puse a gritar, dejó su manto junto a mí y huyó". (Génesis 39, 18)

  • Entonces toda la comunidad empezó a gritar, el pueblo se pasó la noche llorando (Números 14, 1)

  • El pueblo gritó, y las trompetas sonaron. Cuando el pueblo oyó el sonido de las trompetas, se puso a gritar con todas sus fuerzas, y las murallas de la ciudad se derrumbaron; entonces el pueblo se lanzó al asalto, cada uno de frente, y la tomaron. (Josué 6, 20)

  • Ellos quedaron cada uno en su puesto alrededor del campamento, y todo el campamento se puso a correr, a gritar y a huir. (Jueces 7, 21)

  • Al oír los gritos de sus perseguidores, los de Dan se volvieron y preguntaron a Micá: "¿Qué te pasa para gritar así?". (Jueces 18, 23)

  • Cuando llegó, Elí estaba sentado en su silla, al lado de la puerta, a la expectativa, pues su corazón temía por el arca de Dios. El hombre entró en la ciudad para contarlo, y toda la ciudad comenzó a gritar. (I Samuel 4, 13)

  • Los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y expusieron estas cosas al pueblo, y todo el pueblo se puso a gritar y a llorar. (I Samuel 11, 4)

  • Jonatán volvió a gritar al muchacho: "Pronto, date prisa, no te detengas". El muchacho recogió la flecha y se la llevó. (I Samuel 20, 38)

  • Entonces David gritó a los soldados y a Abner, hijo de Ner: "¡Abner!, ¿no respondes?". Abner respondió: "¿Quién eres tú para gritar así al rey?". (I Samuel 26, 14)

  • Entonces una mujer, avisada, comenzó a gritar desde la ciudad: "¡Escuchad! ¡Escuchad! Decid a Joab que venga; que quiero hablar con él". (II Samuel 20, 16)

  • A uno que estaba cortando un tronco se le cayó el hacha al agua; y empezó a gritar: "Ay, maestro, que era prestada". (II Reyes 6, 5)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina