Encontrados 29 resultados para: cosecha

  • Mientras dure la tierra, sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche no cesarán más". (Génesis 8, 22)

  • Nombre también el Faraón intendentes para todo el país, que recauden la quinta parte de la cosecha de Egipto durante los siete años de abundancia, (Génesis 41, 34)

  • De la cosecha daréis la quinta parte al Faraón, y las otras cuatro partes serán vuestras para la siembra de los campos y para vuestro consumo y el de vuestras familias". (Génesis 47, 24)

  • "Di a los israelitas: Cuando hayáis entrado en la tierra que os doy y hagáis la recolección, llevaréis al sacerdote la primera gavilla de vuestra cosecha. (Levítico 23, 10)

  • Comprarás a tu prójimo en proporción al número de años transcurridos después del jubileo, y en razón de los años de cosecha que le quedan te fijará él el precio de venta; (Levítico 25, 15)

  • Cuando vayáis a sembrar en el año octavo, tendréis todavía reservas de la cosecha anterior; hasta el año noveno en que llegue la nueva cosecha, tendréis reservas de la vieja". (Levítico 25, 22)

  • No siembres en tu viña más de una clase de simiente, no sea que todo sea declarado sagrado, lo que sembraste y la cosecha de la viña. (Deuteronomio 22, 9)

  • se los entregó a los gabaonitas, que los colgaron en el monte ante el Señor. Los siete murieron en los primeros días de la cosecha, al principio de la recolección de la cebada. (II Samuel 21, 9)

  • los hambrientos su cosecha devoran porque Dios se la arranca de los dientes, y los sedientos chupan su fortuna. (Job 5, 5)

  • La tierra ha dado su cosecha, Dios, nuestro Dios, nos bendice. (Salmos 67, 7)

  • De hoy en adelante renuncio para siempre al tercio de la cosecha y a la mitad de la de los árboles frutales que me pertenecen en la región de Judea y en los tres distritos anexionados de Samaría y Galilea; (I Macabeos 10, 30)

  • Donde no hay bueyes el granero está vacío, cosecha abundante con toros robustos. (Proverbios 14, 4)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina