Encontrados 346 resultados para: amor
¡Ah, qué bien conoces el camino para buscar el amor! Así también al camino del mal te has acostumbrado. (Jeremías 2, 33)
¡No nos deseches, por amor de tu nombre! ¡No desprecies tu trono glorioso! ¡Acuérdate, no rompas tu alianza con nosotros! (Jeremías 14, 21)
De lejos el Señor se le ha aparecido. Con amor eterno te he amado, por eso te trato con lealtad. (Jeremías 31, 3)
el grito de alegría y alborozo, el canto del esposo y de la esposa, la voz de aquellos que, al llevar al templo del Señor los sacrificios de acción de gracias, cantarán: "Dad gracias al Señor omnipotente, porque el Señor es bueno, porque es eterno su amor". Pues yo voy a cambiar la suerte de este país a su condición primera, dice el Señor. (Jeremías 33, 11)
Yo pasé junto a ti y te vi. Estabas ya en la edad del amor; entonces extendí el vuelo de mi manto sobre ti y recubrí tu desnudez; luego te presté juramento, me uní en alianza contigo, dice el Señor Dios, y tú fuiste mía. (Ezequiel 16, 8)
Di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: Mirad, voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra fuerza, delicia de vuestros ojos, amor de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas, que habéis dejado, caerán a espada. (Ezequiel 24, 21)
Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fuerza, la alegría de sus glorias, la delicia de sus ojos, el amor de su alma, sus hijos y sus hijas, (Ezequiel 24, 25)
Tú eres para ellos como una canción de amor, graciosamente cantada con acompañamiento de instrumentos de cuerda. Escuchan tus palabras y no las ponen en práctica. (Ezequiel 33, 32)
¡Oh, no nos desampares para siempre, por amor de tu nombre, no rechaces tu alianza. (Daniel 3, 34)
No nos retires tu misericordia, por amor de Abrahán, tu amigo; de Isaac, tu siervo, y de Israel, tu santo, (Daniel 3, 35)
Ahora, pues, oh Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus súplicas y, por amor de ti mismo, haz brillar tu rostro sobre tu desolado santuario. (Daniel 9, 17)
¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y actúa! ¡No tardes más, por amor de ti mismo, oh Dios mío!, pues tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo". (Daniel 9, 19)