Encontrados 12 resultados para: alababan

  • cuatro mil porteros y los otros cuatro mil alababan al Señor con los instrumentos que para este fin había hecho David. (I Crónicas 23, 5)

  • Todos, como un solo hombre, trompeteros y cantores, alababan y daban gracias al Señor. Y al son de las trompetas, címbalos y demás instrumentos musicales alababan al Señor: "Porque es bueno, porque es eterno su amor". Una nube llenó el templo del Señor, (II Crónicas 5, 13)

  • Todos los israelitas, al ver descender el fuego y reposar sobre el templo la gloria del Señor, cayeron rostro a tierra sobre el pavimento, mientras adoraban y alababan al Señor repitiendo: "Porque es bueno, porque es eterno su amor". (II Crónicas 7, 3)

  • Alababan y daban gracias al Señor, y se respondía: "Porque es bueno, porque es eterno su amor a Israel". Y todo el pueblo prorrumpía en fuertes gritos de júbilo alabando al Señor porque se habían echado los cimientos del templo del Señor. (Esdras 3, 11)

  • Lo alababan en mi presencia y le transmitían mis palabras. Y Tobías seguía mandando cartas para intimidarme. (Nehemías 6, 19)

  • A la vuelta alababan y bendecían al cielo "porque es bueno, porque es eterno su amor". (I Macabeos 4, 24)

  • Por eso celebraban su victoria sobre los diez mil, y le alababan con las bendiciones del Señor al ceñirle la corona de gloria; (Eclesiástico 47, 6)

  • También los cantores con sus voces le alababan, y una dulce melodía llenaba todo el templo; (Eclesiástico 50, 18)

  • Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. (Lucas 4, 15)

  • ¡Ay de vosotros cuando os alaben todos los hombres! Así alababan sus padres a los falsos profetas". (Lucas 6, 26)

  • Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo". (Lucas 7, 16)

  • Pero ellos los despidieron amenazándoles de nuevo, sin encontrar modo de castigarlos por causa del pueblo, porque todos alababan a Dios por lo sucedido, (Hechos 4, 21)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina