Encontrados 20 resultados para: Destruida

  • Éste fue el pecado de la casa de Jeroboán, por el que fue destruida y exterminada de la tierra. (I Reyes 13, 34)

  • Investíguese en el libro de las memorias de tus padres; en ese libro comprobarás que esta ciudad es rebelde y funesta para los reyes y las provincias, y que en ella ya desde tiempos antiguos se han fomentado siempre insurrecciones. Por este motivo justamente fue destruida. (Esdras 4, 15)

  • dije al rey: "Oh rey, vive eternamente. ¿Cómo no he de estar triste, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres está destruida y sus puertas consumidas por el fuego?". (Nehemías 2, 3)

  • Salí, pues, de noche, por la puerta del Valle, me dirigí hacia la fuente del Dragón y luego a la puerta del Muladar, inspeccionando la muralla de Jerusalén destruida y las puertas consumidas por el fuego. (Nehemías 2, 13)

  • Después les dije: "Ya veis la triste situación en que nos encontramos: Jerusalén destruida, sus puertas consumidas por el fuego. Venid, reconstruyamos la muralla de Jerusalén y no seremos más objeto de escarnio". (Nehemías 2, 17)

  • La casa de los malvados será destruida, pero la casa de los hombres rectos florecerá. (Proverbios 14, 11)

  • Si al temor del Señor no te atienes firmemente, pronto tu casa será destruida. (Eclesiástico 27, 3)

  • Babilonia, la joya de los reinos, la perla, el orgullo de los caldeos, será destruida por Dios como Sodoma y Gomorra. (Isaías 13, 19)

  • Oráculo sobre Tiro: ¡Ululad, naves de Tarsis, pues está destruida vuestra fortaleza! Al volver de Chipre les llegó la noticia. (Isaías 23, 1)

  • ¡Ululad, naves de Tarsis, pues está destruida vuestra fortaleza! (Isaías 23, 14)

  • Sí, todas tus mujeres y tus hijos serán sacados a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que caerás preso en manos del rey de Babilonia y esta ciudad será destruida por las llamas". (Jeremías 38, 23)

  • Jonás entró en la ciudad, caminando durante una jornada y predicando así: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida". (Jonás 3, 4)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina