Encontrados 22 resultados para: Alabanzas

  • Éstos tenían consigo a Hemán y Yedutún encargados de tocar las trompetas, los címbalos y los instrumentos destinados a acompañar las alabanzas de Dios. Los hijos de Yedutún estaban destinados a la puerta. (I Crónicas 16, 42)

  • Los sacerdotes asistían en su ministerio y los levitas tocaban con los instrumentos musicales del Señor, que había hecho el rey David para acompañar las alabanzas del Señor: "Porque es eterno su amor". De esta manera ejecutaban las alabanzas de David. Los sacerdotes sonaban frente a ellos las trompetas mientras todo Israel estaba en pie. (II Crónicas 7, 6)

  • Estableció luego en sus servicios, según las disposiciones de su padre, las clases sacerdotales; y lo mismo hizo con los levitas encargados de cantar las alabanzas y asistir a los sacerdotes, según el ritual cotidiano, y con las respectivas clases de porteros de cada una de las puertas; todo conforme a las disposiciones de David, hombre de Dios. (II Crónicas 8, 14)

  • Ezequías mandó ofrecer el holocausto sobre el altar. Al comenzar el holocausto, comenzaron también las alabanzas del Señor al son de las trompetas en armonía con los instrumentos de David, rey de Israel. (II Crónicas 29, 27)

  • Toda la asamblea estaba de rodillas mientras se cantaban las alabanzas y sonaban las trompetas, así hasta que terminó el holocausto. (II Crónicas 29, 28)

  • Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron la fiesta de los panes sin levadura durante siete días con gran alegría, mientras los levitas y los sacerdotes cantaban con toda fuerza las alabanzas del Señor día tras día. (II Crónicas 30, 21)

  • Ezequías tuvo palabras de elogio para todos los levitas que se habían distinguido en el servicio del Señor. Celebraron la fiesta durante siete días, inmolando las víctimas de los sacrificios de reconciliación y cantando las alabanzas del Señor, Dios de sus padres. (II Crónicas 30, 22)

  • para que pueda cantar tus alabanzas a las puertas de Sión, gozoso porque me has salvado. (Salmos 9, 15)

  • Pueblos, bendecid a nuestro Dios, proclamad a plena voz sus alabanzas; (Salmos 66, 8)

  • Mas yo no dejaré nunca de esperar, y aumentaré todavía tus alabanzas; (Salmos 71, 14)

  • Entonces creyeron en sus palabras y cantaron sus alabanzas. (Salmos 106, 12)

  • Sálvanos, Señor, Dios nuestro, reúnenos de en medio de las gentes para que alabemos tu santo nombre y cantemos con alegría tus alabanzas. (Salmos 106, 47)


“Quanto mais te deixares enraizar na santa humildade, tanto mais íntima será a comunicação da tua alma com Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina