Encontrados 19 resultados para: tribulaciones

  • A nosotros, en cambio, nos han rodeado muchas tribulaciones y guerras, pues nos hemos visto atacados por los reyes vecinos. (I Macabeos 12, 13)

  • y le exhortó diciendo: «Vosotros sabéis todo lo que hemos hecho mis hermanos, la casa de mi padre y yo por la Ley y el Lugar Santo, y las guerras y tribulaciones que hemos sufrido. (I Macabeos 13, 3)

  • según la abundancia de tu misericordia y la gloria de tu nombre, de las dentelladas de los dispuestos a devorarme, de la mano de los que buscan mi alma, de las muchas tribulaciones que he sufrido, (Eclesiástico 51, 3)

  • y le libró de todas sus tribulaciones y le dio gracia y sabiduría ante Faraón, rey de Egipto, quien le nombró gobernador de Egipto y de toda su casa. (Hechos 7, 10)

  • confortando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a perseverar en la fe y diciéndoles: «Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.» (Hechos 14, 22)

  • solamente sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica que me aguardan prisiones y tribulaciones. (Hechos 20, 23)

  • Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; (Romanos 5, 3)

  • antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios: con mucha constancia en tribulaciones, necesidades, angustias; (II Corintios 6, 4)

  • Tengo plena confianza en hablaros; estoy muy orgulloso de vosotros. Estoy lleno de consuelo y sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones. (II Corintios 7, 4)

  • Efectivamente, en llegando a Macedonia, no tuvo sosiego nuestra carne, sino, toda suerte de tribulaciones: por fuera, luchas; por dentro, temores. (II Corintios 7, 5)

  • Pues, aunque probados por muchas tribulaciones, su rebosante alegría y su extrema pobreza han desbordado en tesoros de generosidad. (II Corintios 8, 2)

  • Por lo cual os ruego no os desaniméis a causa de las tribulaciones que por vosotros padezco, pues ellas son vuestra gloria. (Efesios 3, 13)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina