Encontrados 15 resultados para: recursos

  • Cuando sus recursos no alcancen para una res menor, presentará a Yahveh, como sacrificio de reparación por su pecado, dos tórtolas o dos pichones, uno como sacrificio por el pecado y otro en holocausto. (Levítico 5, 7)

  • Si es pobre y no tiene suficientes recursos, tomará un cordero com sacrificio de reparación, como ofrenda mecida, para hacer expiación por él, y además, como oblación, una décima de flor de harina amasada con aceite, un cuartillo de aceite, (Levítico 14, 21)

  • y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto. (Levítico 14, 22)

  • Luego ofrecerá, conforme a los recursos suyos, una de las tórtolas o de los pichones, (Levítico 14, 30)

  • es decir, lo que alcanzan sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto, además de la oblación. De este modo el sacerdote hará expiación ante Yahveh por aquel que se purifica. (Levítico 14, 31)

  • Esta es la ley de purificación para aquel que tiene llaga de lepra y cuyos recursos son limitados. (Levítico 14, 32)

  • Si alguno no tiene goel, adquiera por sí mismo recursos suficientes para su rescate; (Levítico 25, 26)

  • Lo rescatará su tío paterno, o el hijo de su tío, o algún otro pariente cercano suyo dentro de su familia, o, si alcanzan sus recursos, él mismo podrá rescatarse. (Levítico 25, 49)

  • Si uno es tan pobre que no puede pagar esta valoración, presentará la persona al sacerdote, el cual estimará su valor; el sacerdote la valuará en proporción a los recursos del oferente. (Levítico 27, 8)

  • convertir el Templo en fuente de recursos, como los demás recintos sagrados de los gentiles, y poner cada año en venta la dignidad del sumo sacerdocio. (II Macabeos 11, 3)

  • y cuanto menos se cuenta con los recursos interiores, tanto mayor parece la desconocida causa que produce el tormento. (Sabiduría 17, 13)

  • La raíz de la sabiduría ¿a quién fue revelada?, sus recursos, ¿quién los conoció? (Eclesiástico 1, 6)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina