Encontrados 33 resultados para: octavo

  • Lo mismo has de hacer con el de tus vacas y ovejas. Siete días estará con su madre, y al octavo me lo darás. (Exodo 22, 29)

  • El día octavo Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel. (Levítico 9, 1)

  • Al octavo día será circuncidado el niño en la carne de su prepucio; (Levítico 12, 3)

  • El día octavo tomará dos corderos sin defecto y una cordera de un año sin defecto; y como oblación, tres décimas de flor de harina amasada con aceite y un cuartillo de aceite. (Levítico 14, 10)

  • Al octavo día, los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro para su purificación delante de Yahveh. (Levítico 14, 23)

  • Al día octavo tomará dos tórtolas o dos pichones y se presentará ante Yahveh a la entrada de la Tienda del Encuentro, para entregarlos al sacerdote. (Levítico 15, 14)

  • Al octavo día tomará para sí dos tórtolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda del Encuentro. (Levítico 15, 29)

  • Cuando nazca un ternero, o un cordero, o cabrito, quedará siete días con su madre; y desde el día octavo en adelante será grato como ofrenda de manjar abrasado para Yahveh. (Levítico 22, 27)

  • Durante siete días ofreceréis manjares abrasados a Yahveh. El día octavo tendréis reunión sagrada y ofreceréis manjares abrasados a Yahveh. Habrá asamblea solemne. No haréis trabajo servil alguno. (Levítico 23, 36)

  • El día quince del séptimo mes, después de haber cosechado el producto de la tierra, celebraréis la fiesta en honor de Yahveh durante siete días. El primer día será de descanso completo e igualmente el octavo. (Levítico 23, 39)

  • sembraréis el año octavo y seguiréis comiendo de la cosecha anterior hasta el año noveno. Hasta que venga su cosecha, seguiréis comiendo de la anterior. (Levítico 25, 22)

  • El día octavo llevará un par de tórtolas o un par de pichones al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro. (Números 6, 10)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina