Encontrados 27 resultados para: dedo

  • Dijeron los magos a Faraón: «¡es el dedo de Dios!» Pero el corazón de Faraón se endureció, y no les escuchó, como había dicho Yahveh. (Exodo 8, 15)

  • Tomando sangre del novillo, untarás con tu dedo los cuernos del altar, y derramarás toda la sangre al pie del altar. (Exodo 29, 12)

  • Después de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas del Testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios. (Exodo 31, 18)

  • El sacerdote mojará su dedo en la sangre y rociará con ella siete veces ante Yahveh frente al velo del Santuario. (Levítico 4, 6)

  • el sacerdote mojará su dedo en la sangre y rociará siete veces ante Yahveh frente al velo. (Levítico 4, 17)

  • El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima, untará los cuernos del altar de los holocaustos y derramará la sangre al pie del altar de los holocaustos. (Levítico 4, 25)

  • El sacerdote mojará su dedo en la sangre, untará los cuernos del altar de los holocaustos, y derramará toda la sangre al pie del altar. (Levítico 4, 30)

  • El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y untará los cuernos del altar de los holocaustos, y derramará toda la sangre al pie del mismo altar. (Levítico 4, 34)

  • Moisés lo inmoló. Tomó la sangre y mojó con su dedo los cuernos del altar, todo en derredor, para purificarlo. Después derramó la sangre al pie del altar; de esta manera lo consagró haciendo por él la expiación. (Levítico 8, 15)

  • Los hijos de Aarón le presentaron la sangre; y él, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los cuernos del altar y derramó la sangre al pie del altar. (Levítico 9, 9)

  • Después untará un dedo de su mano derecha en el aceite que tiene en la palma de su mano izquierda, y con su dedo hará siete aspersiones de aceite delante de Yahveh. (Levítico 14, 16)

  • con un dedo de su mano derecha hará ante Yahveh siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda, (Levítico 14, 27)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina