Encontrados 61 resultados para: daño

  • «Préndele y tenle a la vista; y no le hagas daño alguno, antes harás con él lo que él mismo te diga.» (Jeremías 39, 12)

  • Vete y dices a Ebed Mélek el kusita: Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Mira que yo hago llegar mis palabras a esta ciudad para su daño, que no para su bien, y tú serás testigo en aquel día, (Jeremías 39, 16)

  • Así sucederá que todos los que enderecen rumbo a Egipto como refugiados morirán por la espada, por el hambre y por la peste, y no les quedará superviviente ni evadido del daño que yo traiga sobre ellos. (Jeremías 42, 17)

  • Ahora, pues, así dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: ¿Por qué os hacéis tanto daño a vosotros mismos, hasta borraros a hombre y mujer, niño y lactante de en medio de Judá sin que os quede resto, (Jeremías 44, 7)

  • Y haré que Babilonia y todos los habitantes de Caldea paguen por todo el daño que hicieron en Sión, delante de vuestros ojos - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 51, 24)

  • Me hacen daño mis ojos por todas las hijas de mi ciudad. (Lamentaciones 3, 51)

  • Desdichados los que te hicieron daño y se alegraron de tu caída. (Baruc 4, 31)

  • Si alguien les hace daño o favor, no pueden darle su merecido. Ni pueden poner ni quitar rey. (Baruc 6, 33)

  • Sean confundidos los que a tus siervos hacen daño, queden cubiertos de vergüenza, privados de todo su poder, sea aplastada su fuerza. (Daniel 3, 44)

  • Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses.» (Daniel 3, 92)

  • bajo el mando de tres ministros - Daniel era uno de ellos -, a los que los sátrapas deberían rendir cuentas, con el fin de impedir que el rey recibiera daño alguno. (Daniel 6, 3)

  • agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.» (Marcos 16, 18)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina