Encontrados 98 resultados para: cualquier

  • Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, (Génesis 2, 16)

  • A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extraño que no sea de tu raza. (Génesis 17, 12)

  • Pedidme cualquier dote, por grande que sea, que yo os daré cuanto me digáis; pero dadme a la muchacha por mujer.» (Génesis 34, 12)

  • Replicó: «No bajará mi hijo con vosotros, pues su hermano está muerto y sólo me queda él. Si le ocurre cualquier desgracia en ese viaje que vais a hacer, entonces haríais bajar mi vejez con pena al seol.» (Génesis 42, 38)

  • En todo caso delictivo, ya se trate de buey, asno, oveja, ropa o de cualquier cosa desaparecida, de la que uno diga: «Es esto», la causa de ambos se llevará ante Dios; y aquel a quien Dios declare culpable, restituirá el doble a su prójimo. (Exodo 22, 8)

  • Si un hombre entrega a otro un asno, buey, oveja, o cualquier otro animal para su custodia, y éstos mueren o sufren daño o son robados sin que nadie lo vea, (Exodo 22, 9)

  • para labrar piedras de engaste, tallar la madera y ejecutar cualquier otra labor. (Exodo 31, 5)

  • para labrar piedras de engaste, tallar la madera y ejecutar cualquier otra labor de artesanía; (Exodo 35, 33)

  • o bien, uno toca cualquier cosa impura, sea el cadáver de una fiera impura, o el de ganado impuro o el de un bicho impuro, y, aun sin darse cuenta, se hace así él mismo impuro y culpable; (Levítico 5, 2)

  • Cualquier oblación de sacerdote será total; no se podrá comer. (Levítico 6, 16)

  • No podrá comerse la carne que haya tocado cualquier cosa impura; será consumida por el fuego. Toda persona pura podrá comer la carne. (Levítico 7, 19)

  • Si alguien toca cualquier cosa inmunda, sea inmundicia de hombre, o de animal, o cualquier otra abominación impura y luego come de la carne del sacrificio de comunión ofrecido a Yahveh, será exterminado de su parentela. (Levítico 7, 21)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina