Encontrados 13 resultados para: conocían

  • porque se han ido a servir a otros dioses y se han postrado ante ellos, dioses que no conocían y que él no les había dado en suerte. (Deuteronomio 29, 25)

  • Los hijos de Elí eran unos malvados que no conocían a Yahveh (I Samuel 2, 12)

  • Los que le conocían de toda la vida le vieron profetizando con los profetas, y todos los del pueblo se decían entre sí: «¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿Conque también Saúl anda entre los profetas?» (I Samuel 10, 11)

  • que no se conocían, en el frontón de la entrada. Machetes en bosque espeso, (Salmos 74, 5)

  • Judas y sus hermanos comprendieron que la situación era grave: el ejército estaba acampado dentro de su territorio y conocían la consigna del rey de destruir el pueblo y acabar con él. (I Macabeos 3, 42)

  • Haré andar a los ciegos por un camino que no conocían, por senderos que no conocían les encaminaré. Trocaré delante de ellos la tiniebla en luz, y lo tortuoso en llano. Estas cosas haré, y no las omitiré.» (Isaías 42, 16)

  • Los sacerdotes no decían: «¿Dónde está Yahveh?»; ni los peritos de la Ley me conocían; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaban por Baal, y en pos de los Inútiles andaban. (Jeremías 2, 8)

  • Porque me han dejado, han hecho extraño este lugar y han incensado en él a otros dioses que ni ellos ni sus padres conocían. Los reyes de Judá han llenado este lugar de sangre de inocentes, (Jeremías 19, 4)

  • ¿Es algún trasto despreciable, roto, este individuo, Konías?; ¿quizá un objeto sin interés? Pues entonces, ¿por qué han sido arrojados él y su prole, y echados a una tierra, que no conocían? (Jeremías 22, 28)

  • Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre. (Ezequiel 28, 19)

  • Sino que los dispersé entre todas las naciones que no conocían, y la tierra quedó devastada detrás de ellos: ya nadie iba ni venía. Y así convirtieron una tierra de delicias en desolación.» (Zacarías 7, 14)

  • Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. (Marcos 1, 34)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina