Encontrados 198 resultados para: campamento

  • y llevaron los cautivos, la presa y el botín ante Moisés, ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad de los israelitas, al campamento, en las Estepas de Moab, que están cerca del Jordán, a la altura de Jericó. (Números 31, 12)

  • Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los principales de la comunidad salieron a su encuentro hasta fuera del campamento. (Números 31, 13)

  • Y vosotros, todos los que hayáis matado a alguno y todos los que hayaís tocado a algún muerto, acampad fuera del campamento siete días. Purificaos vosotros y vuestros cautivos, el día tercero y el día séptimo. (Números 31, 19)

  • Lavaréis vuestros vestidos el día séptimo y quedaréis puros. Luego podréis entrar en el campamento. (Números 31, 24)

  • El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de 38 años; por lo que había desaparecido ya del campamento toda la generación de hombres de guerra, como Yahveh les había jurado. (Deuteronomio 2, 14)

  • La misma mano de Yahveh había caído sobre ellos para extirparlos de en medio del campamento hasta hacerlos desaparecer. (Deuteronomio 2, 15)

  • Si hay entre los tuyos un hombre que no esté puro, por causa de una polución nocturna, saldrá del campamento y no volverá a entrar. (Deuteronomio 23, 11)

  • Pero a llegar la tarde se lavará, y a la puesta del sol podrá volver al campamento. (Deuteronomio 23, 12)

  • Tendrás fuera del campamento un lugar, y saldrás allá fuera. (Deuteronomio 23, 13)

  • Porque Yahveh tu Dios recorre el campamento para protegerte y entregar en tu mano a tus enemigos. Por eso tu campamento debe ser una cosa sagrada, Yahveh no debe ver en él nada inconveniente; de lo contrario se apartaría de ti. (Deuteronomio 23, 15)

  • con vuestros hijos y vuestras mujeres (y también el forastero que está en tu campamento, desde tu leñador hasta tu aguador), (Deuteronomio 29, 10)

  • «Pasad por medio del campamento y dad esta orden al pueblo: Haced provisiones, porque dentro de tres días pasaréis ese Jordán, para entrar a poseer la tierra que Yahveh vuestro Dios os da en posesión.» (Josué 1, 11)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina