Encontrados 780 resultados para: allí

  • Arribaron a Efeso y allí se separó de ellos. Entró en la sinagoga y se puso a discutir con los judíos. (Hechos 18, 19)

  • Le rogaron que se quedase allí más tiempo, pero no accedió, (Hechos 18, 20)

  • Después de pasar allí algún tiempo marchó a recorrer una tras otra las regiones de Galacia y Frigia para fortalecer a todos los discípulos. (Hechos 18, 23)

  • Queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron a ello y escribieron a los discípulos para que le recibieran. Una vez allí fue de gran provecho, con el auxilio de la gracia, a los que habían creído; (Hechos 18, 27)

  • Después de estos sucesos, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén pasando por Macedonia y Acaya. Y decía: «Después de estar allí he de visitar también Roma.» (Hechos 19, 21)

  • Pasó allí tres meses. Los judíos tramaron una conjuración contra él cuando estaba a punto de embarcarse para Siria; entonces él tomó la determinación de volver por Macedonia. (Hechos 20, 3)

  • «Mirad que ahora yo, encadenado en el espíritu, me dirijo a Jerusalén, sin saber lo que allí me sucederá; (Hechos 20, 22)

  • Despidiéndonos de ellos nos hicimos a la mar y navegamos derechamente hasta llegar a Cos; al día siguiente, hasta Rodas, y de allí hasta Pátara. (Hechos 21, 1)

  • Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, íbamos navegando rumbo a Siria; arribamos a Tiro, pues allí la nave debía dejar su cargamento. (Hechos 21, 3)

  • Habiendo encontrado a los discípulos nos quedamos allí siete días. Ellos, iluminados por el Espíritu, decían a Pablo que no subiese a Jerusalén. (Hechos 21, 4)

  • Nos detuvimos allí bastantes días; bajó entre tanto de Judea un profeta llamado Agabo; (Hechos 21, 10)

  • como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados. (Hechos 22, 5)


“Sigamos o caminho que nos conduz a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina