Encontrados 97 resultados para: Sacó

  • Y apresuradamente vació su cántaro en el abrevadero y corriendo otra vez al pozo sacó agua para todos los camellos. (Génesis 24, 20)

  • Apenas había acabado de hablar conmigo mismo, cuando he aquí que Rebeca salía con su cántaro al hombro, bajó a la fuente y sacó agua. Yo le dije: "Ea, dame de beber", (Génesis 24, 45)

  • Acto seguido sacó el siervo objetos de plata y oro y vestidos, y se los dio a Rebeca. También hizo regalos a su hermano y a su madre. (Génesis 24, 53)

  • Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó la mano, y la partera le agarró y le ató una cinta escarlata a la mano, diciendo: «Este ha salido primero.» (Génesis 38, 28)

  • - El hambre cundió par toda la haz de la tierra. - Entonces José sacó todas las existencias y abasteció de grano a Egipto. Arreciaba el hambre en Egipto; (Génesis 41, 56)

  • Díjoles: «La paz sea con vosotros, no temáis. Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os puso ese tesoro en las talegas. Vuestra plata ya me llegó.» Y les sacó a Simeón. (Génesis 43, 23)

  • Y mi copa, la copa de plata, la pones en la boca del saco del pequeño, además del dinero de su compra.» Y él hizo conforme a lo que había dicho José. (Génesis 44, 2)

  • José los sacó de entre las rodillas de su padre, y se postró ante él rostro en tierra. (Génesis 48, 12)

  • Respondieron: «Un egipcio nos libró de las manos de los pastores, y además sacó agua para nosotras y abrevó el rebaño.» (Exodo 2, 19)

  • Y le dijo: «Vuelve a meter la mano en tu pecho.» La volvió a meter y, cuando la sacó de nuevo, estaba ya como el resto de su carne. (Exodo 4, 7)

  • Y en aquel mismo día sacó Yahveh del país de Egipto a los israelitas en orden de campaña. (Exodo 12, 51)

  • Y esto te servirá como señal en tu mano, y como recordatorio ante tus ojos, para que la ley de Yahveh esté en tu boca; porque con mano fuerte te sacó Yahveh de Egipto. (Exodo 13, 9)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina