Encontrados 12 resultados para: Rekab

  • Estaban con Isbaal, hijo de Saúl, dos hombres, jefes de banda, uno llamado Baaná y el otro Rekab, hijos de Rimmón de Beerot, benjaminitas, porque también Beerot se considera de Benjamín. (II Samuel 4, 2)

  • Se pusieron en camino Rekab y Baaná, hijos de Rimmón de Beerot, y llegaron a casa de Isbaal con el calor del día, cuando dormía la siesta. (II Samuel 4, 5)

  • Entraron en la casa. La portera se había dormido mientras limpiaba el trigo. Rekab y su hermano Baaná se deslizaron cautelosamente (II Samuel 4, 6)

  • Respondió David a Rekab y a su hermano Baaná, hijos de Rimmón de Beerot, y les dijo: «¡Vive Yahveh, que ha librado mi alma de toda angustia! (II Samuel 4, 9)

  • Partió de allí y encontró a Yonadab, hijo de Rekab, que le salía al encuentro; le saludó y le dijo: «¿Es tu corazón tan recto como el mío para el tuyo?» Respondió Yonadab: «Lo es.» «Si lo es, dame tu mano.» Yonadab le dio la mano, y él le hizo subir a su carro. (II Reyes 10, 15)

  • Jehú vino con Yonadab, hijo de Rekab, al templo de Baal y dijo a los fieles de Baal: «Investigad y ved no haya aquí entre vosotros algún siervo de Yahveh, sino tan sólo siervos de Baal.» (II Reyes 10, 23)

  • La puerta del Muladar la reparó Malkiyías, hijo de Rekab, jefe del distrito de Bet Hakkérem, con sus hijos: fijó sus hojas, barras y goznes. (Nehemías 3, 14)

  • Dijeron ellos: «No bebemos vino, porque nuestro padre Yonadab, hijo de Rekab, nos dio este mandato: "No beberéis vino ni vosotros ni vuestros hijos nunca jamás, (Jeremías 35, 6)

  • Nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Yonadab, hijo de Rekab, en todo cuanto nos mandó, absteniéndonos de beber vino de por vida, nosotros, nuestras mujeres, nuestros hijos y nuestras hijas, (Jeremías 35, 8)

  • Se ha cumplido la palabra de Yonadab, hijo de Rekab, que prohibió a sus hijos beber vino, y no han bebido hasta la fecha, porque obedecieron la orden de su padre. Yo me afané en hablaros a vosotros y no me oísteis. (Jeremías 35, 14)

  • Así, los hijos de Yonadab, hijo de Rekab, han cumplido el precepto que su padre les impuso, mientras que este pueblo no me ha hecho caso. (Jeremías 35, 16)

  • por lo mismo, así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: No faltará a Yonadab, hijo de Rekab, quien siga ante mi faz todos los días.» (Jeremías 35, 19)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina