Encontrados 19 resultados para: Armados

  • Los millares de Israel suministraron, a razón de mil por cada tribu, 12.000 hombres armados para la guerra. (Números 31, 5)

  • Nosotros pasaremos armados delante de Yahveh al país de Canaán; pero danos la propiedad de nuestra herencia a este lado del Jordán.» (Números 32, 32)

  • Yo os ordené entonces: «Yahveh, vuestro Dios, os ha dado esta tierra en posesión. Vosotros pasaréis armados al frente de vuestros hermanos los israelitas, todos hombres de armas. (Deuteronomio 3, 18)

  • Pasaron unos 40.000 guerreros armados, dispuestos al combate, delante de Yahveh, hacia la llanura de Jericó. (Josué 4, 13)

  • Partieron, pues, de allí, del clan de los danitas, de Sorá y Estaol, seiscientos hombres bien armados. (Jueces 18, 11)

  • Los cinco hombres que habían ido a recorrer la tierra subieron, entraron dentro y cogieron la imagen, el efod, los terafim y el ídolo de fundición; entre tanto el sacerdote estaba en el umbral de la puerta con los seiscientos hombres armados. (Jueces 18, 17)

  • Los principales de todo el pueblo y todas las tribus de Israel acudieron a la asamblea del pueblo de Dios: 400.000 hombres de a pie, armados de espada. (Jueces 20, 2)

  • Aquel día los benjaminitas llegados de las diversas ciudades hicieron el censo, que dio en total 25.000 hombres armados de espada, sin contar los habitantes de Guibeá. (Jueces 20, 15)

  • La gente de Israel hizo también el censo. Sin contar a Benjamín, eran 400.000 armados de espada; todos hombres de guerra. (Jueces 20, 17)

  • pero también aquel segundo día Benjamín salió de Guibeá a su encuentro y volvió a dejar tendidos en tierra a 18.000 israelitas; todos ellos armados de espada. (Jueces 20, 25)

  • Yahveh derrotó a Benjamín ante Israel y aquel día los israelitas mataron en Benjamín a 25.100 hombres, todos ellos armados de espada. (Jueces 20, 35)

  • El tota de los benjaminitas que cayeron aquel día fue de 25.000 hombres, armados de espada, todos ellos hombres valerosos. (Jueces 20, 46)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina