Encontrados 131 resultados para: suerte

  • También ella fue deportada, tuvo que ir al cautiverio. También sus recién nacidos fueron estrellados en todas las encrucijadas. Se echó la suerte sobre sus nobles, todos sus grandes fueron cargados de cadenas. (Nahún 3, 10)

  • Y la liga pertenecerá al resto del pueblo de Judá: apacentarán sus ganados junto al mar y al caer la tarde, descansarán en las casas de Ascalón; porque el Señor, su Dios, los visitará y cambiará su suerte. (Sofonías 2, 7)

  • En aquel tiempo, yo los haré volver, en aquel tiempo, los reuniré. Sí, les daré fama y renombre entre todos los pueblos de la tierra, cuando cambie la suerte de ustedes ante sus propios ojos, dice el Señor. (Sofonías 3, 20)

  • y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. (Mateo 24, 51)

  • le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. (Lucas 1, 9)

  • su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles. (Lucas 12, 46)

  • «No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte». (Juan 13, 8)

  • Un día, mientras nos dirigíamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha poseída de un espíritu de adivinación, que daba mucha ganancia a sus patrones adivinando la suerte. (Hechos 16, 16)

  • Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le daba el precepto, provocó en mí toda suerte de codicia, porque sin la Ley, el pecado es cosa muerta. (Romanos 7, 8)

  • piedra de tropiezo y roca de escándalo. Ellos tropiezan porque no creen en la Palabra: esa es la suerte que les está reservada. (I Pedro 2, 8)

  • Porque ha llegado el tiempo en que comenzará el juicio, empezando por la casa de Dios. Ahora bien, si el juicio comienza por nosotros, ¿cuál será la suerte de los que se niegan a creer en la Buena Noticia de Dios? (I Pedro 4, 17)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina