Encontrados 10 resultados para: rumor

  • No, hijos míos, no es nada bueno el rumor que se hace correr entre el pueblo del Señor. (I Samuel 2, 24)

  • Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó el rumor de una brisa suave. (I Reyes 19, 12)

  • Los israelitas se estremecían al oír el rumor de aquella multitud, el ruido de su marcha y el estrépito de sus armas, porque era un ejército inmenso y poderoso. (I Macabeos 6, 41)

  • Al difundirse el falso rumor de que Antíoco había muerto, Jasón lanzó un ataque imprevisto contra la ciudad con no menos de mil hombres. Como los que estaban en la muralla fueron rechazados y la ciudad al fin fue tomada, Menelao se refugió en la Acrópolis. (II Macabeos 5, 5)

  • Yo haré resonar en las montañas llantos y gemidos, y en las praderas del desierto, un canto fúnebre. Porque están abrasadas, nadie transita por ellas, y no se escucha el rumor de los rebaños; desde los pájaros del cielo hasta el ganado todos huyeron, se han ido. (Jeremías 9, 9)

  • Porque se oye desde Sión el rumor de los gemidos: "¡Cómo hemos sido devastados, cubiertos de vergüenza! Tenemos que abandonar el país, porque han derribado nuestros hogares". (Jeremías 9, 18)

  • ¡Oigan el rumor! ¡Ya llega! Un gran estruendo viene del país del Norte para hacer de las ciudades de Judá una desolación, una guarida de chacales. (Jeremías 10, 22)

  • No se descorazonen, ni teman por los rumores que se oirán en el país. Un año correrá un rumor y otro al año siguiente: la violencia reinará en el país y un tirano se levantará contra otro. (Jeremías 51, 46)

  • El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina. (Lucas 7, 17)

  • Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: «Él no morirá», sino: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?». (Juan 21, 23)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina