Encontrados 15 resultados para: residir

  • Y añadieron: "Hemos venido a residir en este país, porque en Canaán no hay pastos para nuestros rebaños, ya que el país está asolado por el hambre. Por eso te rogamos que nos dejes permanecer en la región de Gosen". (Génesis 47, 4)

  • Este hombre había dejado la ciudad de Belén de Judá, tratando de encontrar un sitio donde residir. Llegó a la montaña de Judá y, mientras iba de camino, dio con la casa de Micá. (Jueces 17, 8)

  • Este le preguntó: "¿De dónde vienes?". "Soy un levita de Belén de Judá, le respondió él, y estoy tratando de encontrar un sitio donde residir". (Jueces 17, 9)

  • David dijo a Aquís: "Si quieres hacerme un favor, di que me asignen un lugar en alguna población de campaña, para instalarme allí. ¿Cómo tu servidor va a residir contigo en la ciudad real?". (I Samuel 27, 5)

  • Entre todos ellos busqué un lugar de reposo, me pregunté en qué herencia podría residir. (Eclesiástico 24, 7)

  • Porque así habla el Señor: Mi Pueblo bajó primero a Egipto, para residir allí como extranjero, y luego Asiria lo oprimió sin razón. (Isaías 52, 4)

  • entonces, escuchen la palabra del Señor, ustedes, resto de Judá: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Si ustedes pretenden a toda costa entrar en Egipto, para residir allí, (Jeremías 42, 15)

  • Todos los que pretendan a toda costa entrar en Egipto para residir allí, morirán por la espada, el hambre y la peste; ninguno de ellos sobrevivirá ni escapará a la desgracia que atraeré sobre ellos. (Jeremías 42, 17)

  • Y ahora pueden estar seguros de que morirán por la espada, el hambre y la peste, en el lugar donde quieren entrar para residir allí". (Jeremías 42, 22)

  • Azarías, hijo de Maasías, Iojanán, hijo de Caréaj, y todos aquellos hombres arrogantes dijeron a Jeremías: "¡Es falso lo que tú dices! No es el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decirnos: ‘No entren en Egipto para residir allí’. (Jeremías 43, 2)

  • Iojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las tropas tomaron a todo el resto de Judá, a los que habían vuelto a residir en el país de Judá, después de haber sido dispersados entre las naciones vecinas: (Jeremías 43, 5)

  • Esto es lo que consiguen, agraviándome con las obras de sus manos y quemando incienso a otros dioses en el país de Egipto, donde han entrado para residir allí, a fin de hacerse exterminar y de convertirse en maldición e ignominia entre todas las naciones de la tierra. (Jeremías 44, 8)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina