Encontrados 82 resultados para: reina

  • ¡El Señor reina eternamente!". (Exodo 15, 18)

  • Si ustedes temen al Señor y lo sirven, si escuchan su voz y no se muestran rebeldes a las órdenes del Señor, si ustedes mismos y el rey que reina sobre ustedes siguen al Señor, todo irá bien. (I Samuel 12, 14)

  • La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas. (I Reyes 10, 1)

  • Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que había construido, (I Reyes 10, 4)

  • La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más se recibieron tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)

  • Por su parte, el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que a ella se le ocurrió pedir, aparte de los regalos que le hizo como sólo podía hacerlo el rey Salomón. Después, ella emprendió el camino de regreso a su país, acompañada de su séquito. (I Reyes 10, 13)

  • Hadad se ganó a tal punto el favor del Faraón, que este le dio por esposa a su cuñada, la hermana de Tajfenés, la reina madre. (I Reyes 11, 19)

  • Incluso despojó del rango de reina madre a su abuela Maacá, por haber dedicado un horrendo fetiche a la diosa Aserá. Asá eliminó ese fetiche, quemándolo en el torrente Cedrón. (I Reyes 15, 13)

  • Jehú se encontró con los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y dijo: "¿Quiénes son ustedes?". "Somos los hermanos de Ocozías, le respondieron, y bajamos a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina madre". (II Reyes 10, 13)

  • Alégrese el cielo y exulte la tierra, digan entre las naciones: ‘¡El Señor reina!’. (I Crónicas 16, 31)

  • La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas. Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de perfumes, de gran cantidad de oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle. (II Crónicas 9, 1)

  • Cuando la reina vio toda la sabiduría de Salomón, las casa que había construido, (II Crónicas 9, 3)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina