Encontrados 43 resultados para: prisioneros
le devolvió los prisioneros capturados anteriormente en Judá y regresó a su país. Y nunca más volvió al territorio de Judea. (I Macabeos 9, 72)
Cuando Cendebeo llegó a Iamnia, comenzó a hostigar al pueblo, haciendo incursiones por Judea, tomando prisioneros y dando muerte a gente del pueblo. (I Macabeos 15, 40)
Nicanor calculaba que, con la venta de los judíos prisioneros, podría pagar el tributo del rey a los romanos, que ascendía a dos mil talentos. (II Macabeos 8, 10)
Y el que había pretendido pagar el tributo a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, pregonaba que los judíos tenían un Defensor y que eran invulnerables porque seguían las leyes prescritas por él. (II Macabeos 8, 36)
Porque cuando los impíos pensaban que podían oprimir a una nación santa, yacían encadenados en las tinieblas, prisioneros de una larga noche, encerrados bajo sus techos, excluidos de la providencia eterna. (Sabiduría 17, 2)
Pero merecían estar privados de la luz y prisioneros de las tinieblas los que habían retenido cautivos a tus hijos, por quienes debía transmitirse al mundo la luz incorruptible de la Ley. (Sabiduría 18, 4)
No habrá más remedio que encorvarse con los prisioneros y sucumbir con los que caen muertos. A pesar de todo esto, no se aplacó su ira y su mano está aún extendida. (Isaías 10, 4)
que hacía del mundo un desierto, demolía sus ciudades y no soltaba a sus prisioneros?". (Isaías 14, 17)
Tus jefes desertaron todos juntos, cayeron prisioneros sin disparar el arco; todos tus valientes fueron apresados, mientras huían lejos. (Isaías 22, 3)
El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, (Isaías 61, 1)
¡Ay de ti, Moab! ¡Ha perecido el pueblo de Quemós! Porque tus hijos son llevados prisioneros, y tus hijas al cautiverio. (Jeremías 48, 46)
Después de tomarlos prisioneros, Nebuzaradán, comandante de la guardia, los llevó ante el rey de Babilonia, a Riblá. (Jeremías 52, 26)