Encontrados 306 resultados para: presencia

  • Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Samuel, por su parte, partió y se fue a Ramá. (I Samuel 16, 13)

  • Entonces intervino uno de sus servidores, diciendo: "Justamente he visto a un hijo de Jesé, el de Belén, que sabe tocar. Además, es valiente y hábil guerrero; habla muy bien, tiene buena presencia y el Señor está con él". (I Samuel 16, 18)

  • Y al fijar sus ojos en David, el filisteo lo despreció, porque vio que era apenas un muchacho, de tez clara y de buena presencia. (I Samuel 17, 42)

  • Cuando David volvió de matar al filisteo, Abner lo llevó a la presencia de Saúl con la cabeza del filisteo en la mano. (I Samuel 17, 57)

  • Jonatán llamó a David y lo puso al tanto de todo. Luego lo llevó a la presencia de Saúl, y David quedó a su servicio como antes. (I Samuel 19, 7)

  • Entonces el sacerdote le dio pan consagrado, porque allí no había otro pan que el de la ofrenda, el que se retira de la presencia del Señor cuando se lo reemplaza por pan fresco. (I Samuel 21, 7)

  • Luego los llevó a la presencia del rey de Moab, y ellos se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio. (I Samuel 22, 4)

  • Y postrada a sus pies, exclamó: "¡Que la falta recaiga sobre mí, señor! ¡Pero permite que tu servidora hable en tu presencia! ¡Escucha sus palabras! (I Samuel 25, 24)

  • Joab salió de la presencia de David y envió detrás de Abner unos mensajeros, que lo hicieron volver desde la cisterna de Sirá, sin que David supiera nada. (II Samuel 3, 26)

  • Pero mi fidelidad no se retirará de él, como se la retiré a Saúl, al que aparté de tu presencia. (II Samuel 7, 15)

  • Dígnate, entonces, bendecir la casa de tu servidor, para que ella permanezca siempre en tu presencia. Porque tú, Señor, has hablado, y con tu bendición la casa de tu servidor será bendita para siempre". (II Samuel 7, 29)

  • David lo invitó a comer y a beber en su presencia y lo embriagó. A la noche, Urías salió y se acostó junto a los servidores de su señor, pero no bajó a su casa. (II Samuel 11, 13)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina