Encontrados 177 resultados para: oye

  • Pero ahora ustedes mismos ven y oyen que no solamente en Éfeso, sino también en casi toda la provincia de Asia, ese Pablo ha conquistado y seducido a mucha gente, pretendiendo que los dioses fabricados por mano de hombre no son dioses. (Hechos 19, 26)

  • Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. (Hechos 22, 9)

  • En ese preciso momento, se levantó una brisa del sur y creyeron que podrían realizar este proyecto. Zarparon y comenzaron a bordear la isla de Creta. (Hechos 27, 13)

  • porque a los ojos de Dios, no son justos los que oyen la Ley, sino los que la practican. (Romanos 2, 13)

  • Al proponerme esto, ¿obré precipitadamente?, ¿o bien mis proyectos estaban fundados en motivos puramente humanos, de manera que yo digo al mismo tiempo «sí» y «no»? (II Corintios 1, 17)

  • Si quisiera gloriarme, no sería un necio, porque diría la verdad; pero me abstengo de hacerlo, para que nadie se forme de mí una idea superior a lo que ve o me oye decir. (II Corintios 12, 6)

  • Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, (Gálatas 1, 13)

  • si es que de veras oyeron predicar de él y fueron enseñados según la verdad que reside en Jesús. (Efesios 4, 21)

  • a causa de la esperanza que les está reservada en el cielo. Ustedes oyeron anunciar esta esperanza por medio de la Palabra de la verdad, de la Buena Noticia (Colosenses 1, 5)

  • que han recibido y que se extiende y fructifica en el mundo entero. Eso mismo sucede entre ustedes, desde que oyeron y comprendieron la gracia de Dios en toda su verdad, (Colosenses 1, 6)

  • Tú, en cambio, has seguido de cerca mi enseñanza, mi modo de vida y mis proyectos, mi fe, mi paciencia, mi amor y mi constancia, (II Timoteo 3, 10)

  • Porque también nosotros, como ellos, hemos recibido una buena noticia; pero la Palabra que ellos oyeron no les sirvió de nada, porque no se unieron por la fe a aquellos que la aceptaron. (Hebreos 4, 2)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina