Encontrados 624 resultados para: ojos

  • después de un tiempo, la esposa de su patrón fijó sus ojos en él y le dijo: "Acuéstate conmigo". (Génesis 39, 7)

  • Yo respondo por él, y tendrás que pedirme cuentas a mí. Si no te lo traigo y lo pongo delante de tus ojos, seré culpable ante ti todo el resto de mi vida. (Génesis 43, 9)

  • Al levantar los ojos, José vio a Benjamín, el hijo de su misma madre, y preguntó: "¿Es este el hermano menor de que me habían hablado?". Y añadió: "Que Dios te favorezca, hijo mío". (Génesis 43, 29)

  • Cuando en el palacio del Faraón se difundió la noticia de que habían llegado los hermanos de José, el Faraón y sus servidores vieron esto con buenos ojos. (Génesis 45, 16)

  • Yo bajaré contigo a Egipto, y después yo mismo te haré volver; y las manos de José cerrarán tus ojos". (Génesis 46, 4)

  • Y cuando ya no hubo más dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios acudieron en masa a José para decirle: "Danos de comer. ¿Por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, por falta de dinero?". (Génesis 47, 15)

  • Pero ¿por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, nosotros y nuestras tierras? Aduéñate de nosotros y de nuestras tierras a cambio de pan. Así el Faraón será dueño de nosotros y de nuestras tierras. Danos solamente semilla para que podamos sobrevivir. De lo contrario, nosotros moriremos, y el suelo se convertirá en un desierto". (Génesis 47, 19)

  • José los puso junto a Israel, que ya no veía, porque sus ojos se habían debilitado a causa de su edad avanzada, y él los besó y los abrazó. (Génesis 48, 10)

  • Sus ojos están oscurecidos por el vino, y sus dientes blanqueados por la leche. (Génesis 49, 12)

  • Este rito será como un signo en tu mano y como un memorial ante tus ojos, para que la ley del Señor esté siempre en tus labios; porque el Señor te sacó de Egipto con mano poderosa. (Exodo 13, 9)

  • Cuando el Faraón ya estaba cerca, los israelitas levantaron los ojos y, al ver que los egipcios avanzaban detrás de ellos, se llenaron de pánico e invocaron a gritos al Señor. (Exodo 14, 10)

  • Luego les dijo: "Si escuchas realmente la voz del Señor, tu Dios, y practicas lo que es recto a sus ojos, si prestas atención a sus mandamientos y observas todos sus preceptos, no te infligiré ninguna de las enfermedades que envié contra Egipto, porque yo, el Señor, soy el que te da la salud". (Exodo 15, 26)


“Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina