Encontrados 15 resultados para: mesas

  • Sirvieron en mesas separadas a José, a sus hermanos, y a los egipcios que comían con él, porque los egipcios no pueden comer con los hebreos: es una abominación para ellos. (Génesis 43, 32)

  • también determinó el peso del oro para cada una de las mesas de los panes de la ofrenda, y el peso de la plata destinada a las mesas de plata; (I Crónicas 28, 16)

  • Hizo diez mesas y las colocó en la nave central, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. Hizo cien copas de oro. (II Crónicas 4, 8)

  • Salomón mandó hacer asimismo todos los objetos que estaban en la Casa del Señor: el altar de oro y las mesas sobre las que se ponía el pan de la ofrenda; (II Crónicas 4, 19)

  • ¡Sí, todas las mesas están llenas de vómitos inmundos, no queda espacio limpio! (Isaías 28, 8)

  • En el vestíbulo de la puerta había dos mesas de un lado y dos mesas del otro para inmolar sobre ellas el holocausto, la víctima del sacrificio por el pecado y la del sacrificio de reparación. (Ezequiel 40, 39)

  • Fuera del vestíbulo, a un lado de quien sube hacia la entrada de la puerta del norte, había dos mesas, y al otro lado, hacia el vestíbulo de la puerta, otras dos mesas. (Ezequiel 40, 40)

  • Había cuatro mesas de un lado de la puerta, y cuatro del otro, es decir, ocho mesas para inmolar las víctimas. (Ezequiel 40, 41)

  • Además, había cuatro mesas para el holocausto, talladas en piedra, que tenían setenta y cinco centímetros de largo, setenta y cinco de ancho y cincuenta de alto. Sobre ellas se depositaban los instrumentos para inmolar las víctimas del holocausto y de los sacrificios. (Ezequiel 40, 42)

  • En la parte interior, había unas ranuras de un palmo dispuestas alrededor. Sobre estas mesas se colocaba la carne de las ofrendas. (Ezequiel 40, 43)

  • Después Jesús entró en el Templo y echó a todos los que vendían y compraban allí, derribando las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas. (Mateo 21, 12)

  • Cuando llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el Templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en él. Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, (Marcos 11, 15)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina