Encontrados 18 resultados para: interés

  • Si prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés. (Exodo 22, 24)

  • No le exijas ninguna clase de interés: teme a tu Dios y déjalo vivir junto a ti como un hermano. (Levítico 25, 36)

  • No le prestes dinero a interés, ni le des comida para sacar provecho. (Levítico 25, 37)

  • No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés. (Deuteronomio 23, 20)

  • Podrás prestar a interés al extranjero, pero no a tu compatriota, para que el Señor, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra de la que vas a tomar posesión. (Deuteronomio 23, 21)

  • El que acrecienta su fortuna con usura e interés la acumula para el que se compadece de los pobres. (Proverbios 28, 8)

  • En ti se acepta soborno para derramar sangre. Practicas la usura y prestas a interés, extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí -oráculo del Señor-. (Ezequiel 22, 12)

  • Acuden a ti en tropel y se sientan delante de ti; escuchan tus palabras, pero no las practican. Porque hay mucho amor en sus palabras, pero lo único que buscan es su propio interés. (Ezequiel 33, 31)

  • Como estos eran mejores que los de Tesalónica, acogieron la Palabra con sumo interés, y examinaban todos los días las Escrituras para verificar la exactitud de lo que oían. (Hechos 17, 11)

  • porque ellos no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio interés, seduciendo a los simples con palabras suaves y aduladoras. (Romanos 16, 18)

  • Que nadie busque su propio interés, sino el de los demás. (I Corintios 10, 24)

  • Hagan como yo, que me esfuerzo por complacer a todos en todas las cosas, no buscando mi interés personal, sino el del mayor número, para que puedan salvarse. (I Corintios 10, 33)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina