Encontrados 43 resultados para: horno

  • Cuando se puso el sol y estuvo completamente oscuro, un horno humeante y una antorcha encendida pasaron en medio de los animales descuartizados. (Génesis 15, 17)

  • Cuando dirigió su mirada hacia Sodoma, Gomorra y toda la extensión de la región baja, vio un humo que subía de la tierra, como el humo de un horno. (Génesis 19, 28)

  • Él les dijo: "El Señor dice lo siguiente: Mañana es sábado, día de descanso consagrado al Señor. Cocinen al horno o hagan hervir la cantidad que ustedes quieran, y el resto guárdenlo para mañana". (Exodo 16, 23)

  • La montaña del Sinaí estaba cubierta de humo, porque el Señor había bajado a ella en el fuego. El humo se elevaba como el de un horno, y toda la montaña temblaba violentamente. (Exodo 19, 18)

  • Si presentas una oblación de alimentos cocidos al horno, la ofrenda será de harina de la mejor calidad, preparada en forma de panes sin levadura amasados con aceite, o de galletas sin levadura untadas con aceite. (Levítico 2, 4)

  • Además, toda ofrenda cocida al horno o preparada a la cacerola o a la sartén, será para el sacerdote que la ofrece. (Levítico 7, 9)

  • El objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres, será impuro. Si se trata de un horno o de un fogón, tendrán que ser derribados: son impuros, y ustedes tendrán que considerarlos como tales. (Levítico 11, 35)

  • Cuando los prive del sustento diario, diez mujeres cocerán su pan en un solo horno, y lo distribuirán tan bien medido, que ustedes comerán pero no se saciarán. (Levítico 26, 26)

  • A ustedes, en cambio, los tomó y los hizo salir de Egipto -ese horno donde se funde el hierro- para que fueran el pueblo de su herencia, como lo son en el día de hoy. (Deuteronomio 4, 20)

  • porque son tu pueblo y tu herencia, la que tú hiciste salir de Egipto, del horno de fuego. (I Reyes 8, 51)

  • Los convertirás en un horno encendido, cuando se manifieste tu presencia. El Señor los consumirá con su enojo, el fuego los destruirá por completo: (Salmos 21, 10)

  • Hay un crisol para la plata y un horno para el oro, pero el que prueba los corazones es el Señor. (Proverbios 17, 3)


“Seja modesto no olhar.” São Padre Pio de Pietrelcina