Encontrados 299 resultados para: habitantes
Entre los habitantes de Iabés de Galaad encontraron cuatrocientas jóvenes vírgenes, que no habían convivido con ningún hombre, y las llevaron al campamento de Silo, que está en el país de Canaán. (Jueces 21, 12)
En seguida mandaron unos mensajeros a los habitantes de Quiriat Iearím, para decirles: "Los filisteos han devuelto el Arca del Señor. Bajen y súbanla con ustedes". (I Samuel 6, 21)
David fue a Queilá con sus hombres; atacó a los filisteos, se llevó sus rebaños y les infligió una gran derrota. Así salvó David a los habitantes de Queilá. (I Samuel 23, 5)
Cuando los habitantes de Iabés de Galaad oyeron lo que los filisteos habían hecho a Saúl, (I Samuel 31, 11)
El rey Asá convocó luego a todos los habitantes de Judá, sin excepción, y se llevaron las piedras y la madera con que Basá estaba fortificando Ramá. Con ellas, el rey Asá fortificó Gueba de Benjamín y Mispá. (I Reyes 15, 22)
En tiempos de Pécaj, rey de Israel, llegó Tiglat Piléser, rey de Asiria, y conquistó Iyón, Abel Bet Maacá, Ianóaj, Quedes, Jasor, Galaad, la Galilea y todo el país de Neftalí; y deportó a sus habitantes a Asiria. (II Reyes 15, 29)
El rey de Asiria accedió al pedido: subió contra Damasco y la conquistó, deportó a sus habitantes a Quir y dio muerte a Resín. (II Reyes 16, 9)
Sus habitantes, con las manos caídas, están aterrorizados, avergonzados: son como el pasto de los campos y la gramilla verde, como la hierba de los techos, o el grano agostado antes de madurar. (II Reyes 19, 26)
Así habla el Señor: Yo voy a traer una desgracia a este lugar y sobre sus habitantes, cumpliendo así todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá. (II Reyes 22, 16)
Porque tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante del Señor al oír lo que dije contra este lugar y contra sus habitantes, a saber, que se convertirán en una devastación y en una maldición; porque has rasgado tus vestiduras y has llorado delante de mí, también yo he escuchado -oráculo del Señor-. (II Reyes 22, 19)
Luego subió a la Casa del Señor, acompañado de todos los hombres de Judá y de todos los habitantes de Jerusalén -los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande- y les leyó todas las palabras del libro de la Alianza, que había sido hallado en la Casa del Señor. (II Reyes 23, 2)
Iehosadac fue al destierro, cuando el Señor deportó a los habitantes de Judá y de Jerusalén por medio de Nabucodonosor. (I Crónicas 5, 41)
