Encontrados 264 resultados para: guerra

  • Pero Josué dio esta orden al pueblo: "No lancen ningún grito de guerra ni dejen oír sus voces; que no salga de la boca de ustedes ninguna palabra, hasta que yo les diga: ‘¡Griten!’. Sólo entonces gritarán". (Josué 6, 10)

  • Al dar la séptima vuelta, los sacerdotes tocaron con más fuerza las trompetas, y Josué dijo al pueblo: "Lancen el grito de guerra, porque el Señor les entrega la ciudad. (Josué 6, 16)

  • Los cinco reyes salieron con todas sus tropas -que formaban una multitud tan numerosa como la arena que está a la orilla del mar- y con una enorme cantidad de carros de guerra y caballos. (Josué 11, 4)

  • Pero el Señor dijo a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana, a esta misma hora, yo haré que estén todos muertos delante de Israel. Tú mutilarás sus caballos y quemarás sus carros de guerra". (Josué 11, 6)

  • Y Josué los trató como el Señor se lo había mandado: mutiló a sus caballos y quemó sus carros de guerra. (Josué 11, 9)

  • Pero el designio del Señor era que ellos se obstinaran en hacer la guerra contra Israel, a fin de que fueran consagrados sin piedad al exterminio y así fueran aniquilados, como el Señor había ordenado a Moisés. (Josué 11, 20)

  • Así Josué se apoderó de todo el país, de acuerdo con lo que el Señor le había dicho a Moisés, y lo entregó como propiedad hereditaria a cada una de las tribus de Israel. Y ya no hubo más guerra en el país. (Josué 11, 23)

  • El nombre primitivo de Hebrón fue Quiriat Arbá, y Arbá fue el más grande de los anaquitas. Después cesó la guerra en el país. (Josué 14, 15)

  • los israelitas quedaron conformes, bendijeron al Señor, y ya no pensaron más en hacerles la guerra ni en asolar el país donde habitaban los rubenitas y los gaditas. (Josué 22, 33)

  • y después los introduje en el país de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán. Cuando ellos les hicieron la guerra, yo los entregué en sus manos, y así pudieron tomar posesión de su país, porque los exterminé delante de ustedes. (Josué 24, 8)

  • Después ustedes cruzaron el Jordán y llegaron a Jericó. La gente de Jericó les hizo la guerra, y lo mismo hicieron los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos; pero yo los entregué en sus manos. (Josué 24, 11)

  • aquel reunió todos sus carros de guerra -novecientos carros de hierro- y a toda la gente de que disponía, y los condujo desde Jaróset Ha Goím hasta el torrente de Quisón. (Jueces 4, 13)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina