Encontrados 73 resultados para: enfermo

  • El resto de todos los hechos de Asá, su valentía, sus obras y las ciudades que construyó, ¿no está escrito todo eso en el libro de los Anales de los reyes de Judá? Cuando ya era anciano, se enfermó de los pies. (I Reyes 15, 23)

  • Después que sucedió esto, el hijo de la dueña de casa cayó enfermo, y su enfermedad se agravó tanto que no quedó en él aliento de vida. (I Reyes 17, 17)

  • Pero Naamán, muy irritado, se fue diciendo: "Yo me había imaginado que saldría él personalmente, se pondría de pie e invocaría el nombre del Señor, su Dios; luego pasaría su mano sobre la parte afectada y curaría al enfermo de la piel. (II Reyes 5, 11)

  • Eliseo se dirigió a Damasco. Ben Hadad, rey de Arám, estaba enfermo. Cuando le avisaron: "El hombre de Dios ha venido hasta aquí", (II Reyes 8, 7)

  • El Señor hirió al rey, y éste se enfermó de lepra hasta el día de su muerte. Por eso tuvo que recluirse en una casa apartada, y Jotám, el hijo del rey, estaba al frente del palacio y gobernaba al pueblo del país. (II Reyes 15, 5)

  • En aquellos días, Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: "Así habla el Señor: Ordena todos los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más". (II Reyes 20, 1)

  • En aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió una carta y un presente a Ezequías, al enterarse de que había estado enfermo. (II Reyes 20, 12)

  • En el trigésimo noveno año de su reinado, Asá se enfermó gravemente de los pies. Pero ni siquiera en su enfermedad recurrió al Señor, sino a los médicos. (II Crónicas 16, 12)

  • y este volvió a Izreel para hacerse curar de las heridas que le habían infligido en Ramot, en la batalla contra Jazael, rey de Arám. Ocozías, hijo de Jorám, rey de Judá, bajó a Izreel para visitar a Jorám, hijo de Ajab, que se encontraba enfermo. (II Crónicas 22, 6)

  • y cuando se fueron, lo dejaron gravemente enfermo. Sus servidores tramaron una conspiración contra él para vengar la sangre del hijo del sacerdote Iehoiadá, y lo mataron cuando estaba en su lecho. Así murió, y fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el sepulcro de los reyes. (II Crónicas 24, 25)

  • En aquel tiempo, Ezequías cayó gravemente enfermo y estuvo a punto de morir. Entonces imploró al Señor; el Señor le respondió y le concedió una señal extraordinaria. (II Crónicas 32, 24)

  • el rey me preguntó: "¿Por qué tienes esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. Seguramente hay algo que te aflige". Yo experimenté una gran turbación, (Nehemías 2, 2)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina