Encontrados 74 resultados para: Vengan

  • Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. (Isaías 55, 3)

  • ¡Bestias del campo, fieras de la selva, vengan todas a devorar! (Isaías 56, 9)

  • "¡Vengan! Voy en busca de vino; nos embriagaremos con bebida fuerte, y mañana será lo mismo que hoy, o más, muchísimo más". (Isaías 56, 12)

  • Así habla el Señor de los ejércitos: ¡Atención! ¡Llamen a las plañideras, y que vengan! ¡Manden a buscar a las más expertas, y que vengan! (Jeremías 9, 16)

  • Mi herencia es un pájaro multicolor, asediado por las aves de rapiña. ¡Vayan, reúnanse, todas las fieras del campo, vengan a devorar! (Jeremías 12, 9)

  • Ellos dijeron: "¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no prestemos atención a sus palabras". (Jeremías 18, 18)

  • Entonces, cuando ustedes me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé; (Jeremías 29, 12)

  • Pero cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra el país, dijimos: Vengan, entremos en Jerusalén para escapar del ejército de los caldeos y del ejército de Arám. Por eso estamos ahora en Jerusalén". (Jeremías 35, 11)

  • Por eso irás tú, y leerás las palabras del Señor en el rollo que has escrito bajo mi dictado. Lo harás a oídos del pueblo, en la Casa del Señor, en el día del ayuno; y que lo oigan también todos los hombres de Judá que vengan de sus ciudades. (Jeremías 36, 6)

  • Yo permaneceré en Mispá, para estar a las órdenes de los caldeos que vengan hasta nosotros. En cuanto a ustedes, recojan el vino, los frutos y el aceite, pónganlos en recipientes, y permanezcan en las ciudades que ocupan". (Jeremías 40, 10)

  • Ismael, hijo de Natanías, les salió al encuentro desde Mispá. Él iba llorando, y cuando los alcanzó les dijo: "¡Vengan a ver a Godo-lías, hijo de Ajicám!". (Jeremías 41, 6)

  • ¡Ya no existe la gloria de Moab! En Jesbón traman el mal contra ella: "¡Vengan, extirpémosla como nación!". También tú, Madmén, serás reducida a silencio, la espada avanza detrás de ti. (Jeremías 48, 2)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina