Encontrados 14 resultados para: Rodea

  • las cortinas del atrio y el cortinado para la entrada del atrio que rodea la Morada, las cuerdas y el altar: todo el servicio relacionado con esos objetos. (Números 3, 26)

  • las cortinas del atrio, la cortina de la entrada del atrio que rodea la Morada y el altar, y también sus cuerdas y todos los accesorios que se emplean en su servicio: ellos se encargarán de hacer todo lo necesario. (Números 4, 26)

  • Moisés dijo entonces: "El pueblo que me rodea está formado por seiscientos mil hombres de a pie, ¿y tú dices que le darás carne para comer un mes entero? (Números 11, 21)

  • de los malvados que me acosan, del enemigo mortal que me rodea. (Salmos 17, 9)

  • Me rodea una manada de novillos, me acorralan toros de Basán; (Salmos 22, 13)

  • Me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de malhechores; taladran mis manos y mis pies (Salmos 22, 17)

  • ¿Por qué voy a temer en los momentos de peligro, cuando me rodea la maldad de mis opresores, (Salmos 49, 6)

  • Jerusalén está rodeada de montañas: así rodea el Señor a su pueblo, desde ahora y para siempre. (Salmos 125, 2)

  • "Si tienes algún enemigo o alguien que conspira contra el gobierno, envíalo allá y volverá molido a golpes, si es que logra salvar su vida. Porque te aseguro que una fuerza divina rodea aquel lugar: (II Macabeos 3, 38)

  • El hombre que peca contra su propio lecho dice en su corazón: "¿Quién me ve? La oscuridad me rodea y los muros me cubren; nadie me ve: ¿qué puedo temer? El Altísimo no se acordará de mis pecados". (Eclesiástico 23, 18)

  • Por eso, rodea tu posesión con un cerco de espinas, guarda bien tu plata y tu oro; (Eclesiástico 28, 24)

  • Él puso los cimientos de las torres de refuerzo, del alto contrafuerte que rodea al Templo. (Eclesiástico 50, 2)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina