Encontrados 35 resultados para: Pertenecen

  • Pero cuando la iban a sacar, ella mandó decir a su suegro: "Estas cosas pertenecen al hombre que me dejó embarazada. Averigua quién es el dueño de este sello, este cordón y ese bastón". (Génesis 38, 25)

  • Pero pasó ese año, y al año siguiente vinieron otra vez y dijeron a José: "Ya se ha terminado todo el dinero y los animales te pertenecen. No podemos ocultarte que no queda nada a tu disposición, fuera de nuestras personas y nuestras tierras. (Génesis 47, 18)

  • Entonces José dijo al pueblo: "Ahora ustedes y sus tierras pertenecen al Faraón, porque yo los he comprado. Aquí tienen semilla para sembrar esas tierras. (Génesis 47, 23)

  • Pero el Señor hará una distinción entre el ganado de Israel y el de Egipto, de manera que no morirá ni uno solo de los animales que pertenecen a Israel’". (Exodo 9, 4)

  • Conságrame a todos los primogénitos. Porque las primicias del seno materno entre los israelitas, sean hombres o animales, me pertenecen. (Exodo 13, 2)

  • Todos los primogénitos me pertenecen. Los primogénitos de tu ganado mayor y menor, si son machos, serán para mí. (Exodo 34, 19)

  • Sin embargo, nadie podrá consagrar un primogénito de su ganado, ya que, por ser primogénito, pertenece al Señor: sea que se trate de un ternero o de un cordero, pertenecen al Señor. (Levítico 27, 26)

  • Ninguno de los bienes que pertenecen a una persona -ya sea un hombre, un animal o un campo de su propiedad- podrá ser vendido o rescatado si ha sido consagrado al Señor por el exterminio total: todas esas cosas están exclusivamente consagradas al Señor. (Levítico 27, 28)

  • Entre todos los israelitas, en lugar de los primogénitos -de aquellos que abren el seno materno- yo elijo a los descendientes de Leví. Los levitas me pertenecen, (Números 3, 12)

  • Al Señor, tu Dios, pertenecen el cielo y lo más alto del cielo, la tierra y todo lo que hay en ella. (Deuteronomio 10, 14)

  • El rey dijo a Sibá: "Desde ahora te pertenecen todos los bienes de Meribaal". Sibá respondió: "¡A tus pies! ¡Quiera mi señor, el rey, dispensarme siempre su favor!". (II Samuel 16, 4)

  • para decirle: "Así habla Ben Hadad: Tu plata y tu oro me pertenecen, y también me pertenecen tus mujeres y tus hermosos hijos". (I Reyes 20, 3)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina