Encontrados 315 resultados para: �Santo

  • Abrám recorrió el país hasta el lugar santo de Siquém, hasta la encina de Moré. En ese tiempo, los cananeos ocupaban el país. (Génesis 12, 6)

  • Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo. (Exodo 20, 11)

  • Pondrás el velo debajo de los ganchos, y detrás de él colocarás el Arca del Testimonio. Así el velo marcará la división entre el Santo y el Santo de los Santos. (Exodo 26, 33)

  • También colocarás la tapa sobre el Arca del Testimonio, en el Santo de los Santos. (Exodo 26, 34)

  • y mezcla todo eso, como lo hace un fabricante de perfumes, para hacer un perfume salado, puro y santo. (Exodo 30, 35)

  • Porque yo soy el Señor, su Dios, y ustedes tienen que santificarse y ser santos, porque yo soy santo. No incurran en impureza a causa de esos animales que se arrastran por el suelo. (Levítico 11, 44)

  • Porque yo soy el Señor, el que los hice subir del país de Egipto para ser su Dios. Ustedes serán santos, porque yo soy santo. (Levítico 11, 45)

  • Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel: Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo. (Levítico 19, 2)

  • Yo volveré mi rostro contra ese hombre y lo extirparé de su pueblo, porque él dio un descendiente suyo a Moloc, y así manchó mi Santuario y profanó mi santo Nombre. (Levítico 20, 3)

  • Ustedes serán santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los separé de los otros pueblos, para que me pertenezcan. (Levítico 20, 26)

  • Deberás considerarlo santo, porque él ofrece el alimento de tu Dios. Será santo para ti, porque yo, el Señor que te santifico, soy santo. (Levítico 21, 8)

  • Instruye a Aarón y a sus hijos, para que tengan mucho cuidado con los dones sagrados que me consagran los israelitas, no sea que profanen mi santo Nombre. Yo soy el Señor. (Levítico 22, 2)


“Uma Missa bem assistida em vida será mais útil à sua salvação do que tantas outras que mandarem celebrar por você após sua morte!” São Padre Pio de Pietrelcina