Encontrados 45 resultados para: tendré

  • Ya que no me diste descendencia, tendré por heredero a uno de mis sirvientes.» (Génesis 15, 3)

  • Y dijo Saray a Abram: «Ya que Yavé me ha hecho estéril, toma a mi esclava y únete a ella, a ver si yo tendré algún hijo por medio de ella.» Abram hizo caso a las palabras de su esposa. (Génesis 16, 2)

  • El servidor le respondió: «Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tendré que llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?» (Génesis 24, 5)

  • Ella le contestó: «Aquí tienes a mi esclava Bilá. Únete a ella y que dé a luz sobre mis rodillas. Así tendré yo también un hijo por medio de ella.» (Génesis 30, 3)

  • Moisés le contestó: «Indícame, por favor, cuándo tendré que rogar por ti, por tus servidores y tu pueblo, para que se alejen las ranas y que solamente haya en el Nilo.» (Exodo 8, 5)

  • Dijo el enemigo: «Los perseguiré y los alcanzaré, los tendré a merced, llevaré sus despojos; sacaré mi espada y mi mano los matará.» (Exodo 15, 9)

  • Ahora, pues, si ustedes me escuchan atentamente y respetan mi alianza, los tendré por mi propio pueblo entre todos los pueblos. Pues el mundo es todo mío, (Exodo 19, 5)

  • pero los tendré a ustedes como un reino de sacerdotes, y una nación que me es consagrada.» (Exodo 19, 6)

  • Tendré mi Morada entre ustedes y ya no los miraré mal. (Levítico 26, 11)

  • Destruiré sus santuarios de las lomas, demoleré sus monumentos, amontonaré sus cadáveres sobre los cadáveres de sus sucios ídolos y les tendré asco. (Levítico 26, 30)

  • Si alguien cree que estas maldiciones no lo alcanzarán y se dice a sí mismo: «Haré lo que quiera y no tendré problemas: justos y pecadores perecen juntos». (Deuteronomio 29, 18)

  • Sansón les dijo: «Ya que se portan así, no tendré paz hasta vengarme de ustedes.» (Jueces 15, 7)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina