Encontrados 518 resultados para: respondió

  • Simón respondió: «Rueguen ustedes al Señor por mí, para que no venga sobre mí nada de lo que han dicho.» (Hecho de los Apóstoles 8, 24)

  • Felipe respondió: «Puedes ser bautizado si crees con todo tu corazón.» El etíope replicó: «Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.») (Hecho de los Apóstoles 8, 37)

  • Preguntó él: «¿Quién eres tú, Señor?» Y él respondió: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. (Hecho de los Apóstoles 9, 5)

  • Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor lo llamó en una visión: «¡Ananías!» Respondió él: «Aquí estoy, Señor.» (Hecho de los Apóstoles 9, 10)

  • Ananías le respondió: «Señor, he oído a muchos hablar del daño que este hombre ha causado a tus santos en Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 9, 13)

  • El lo miró frente a frente y se llenó de miedo. Le dijo: «¿Qué pasa, señor?» El ángel respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido hasta Dios y acaban de ser recordadas ante él. (Hecho de los Apóstoles 10, 4)

  • Cornelio respondió: «Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo orando en mi casa, cuando se presentó delante de mí un hombre con ropas muy brillantes, que me dijo: (Hecho de los Apóstoles 10, 30)

  • Pablo respondió: «Yo soy judío, ciudadano de Tarso, ciudad muy conocida de Cilicia. Permíteme, por favor, hablar al pueblo.» (Hecho de los Apóstoles 21, 39)

  • Entonces yo pregunté: «Qué debo hacer, Señor?» Y el Señor me respondió: «Levántate y vete a Damasco. Allí te hablarán de la misión que te ha sido asignada.» (Hecho de los Apóstoles 22, 10)

  • El comandante vino y le preguntó: «Dime, ¿eres ciudadano romano?» «Sí», respondió Pablo. (Hecho de los Apóstoles 22, 27)

  • El joven respondió: «Los judíos han decidido pedirte que mañana lleves a Pablo al Sanedrín con el pretexto de examinar más de cerca su caso. (Hecho de los Apóstoles 23, 20)

  • Festo les respondió que Pablo estaba bajo custodia en Cesarea y que él volvería muy pronto allá. (Hecho de los Apóstoles 25, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina