Encontrados 181 resultados para: quiero

  • Ahora quiero edificar una Casa al Nombre de Yavé, mi Dios, según lo que Yavé dijo a mi padre: El hijo tuyo, que yo pondré en tu lugar sobre tu trono, me edificará una Casa. (1 Reyes 5, 5)

  • Pero sí tomaré el reino de manos de su hijo y te daré las diez tribus. 36A su hijo, sin embargo, le guardaré una tribu, pues quiero que mi servidor David tenga siempre su lámpara encendida en mi presencia en Jerusalén, la ciudad que yo elegí para poner en ella mi Nombre. (1 Reyes 11, 35)

  • Dijo entonces el rey al hombre de Dios: «Ven a descansar a mi casa, que quiero hacerte un regalo.» (1 Reyes 13, 7)

  • «Esto te dice Ben-Hadad: tu plata y tu oro son para mí, y también quiero lo mejor de tus mujeres y de tus hijos.» (1 Reyes 20, 3)

  • El le respondió: «Estuve conversando con Nabot para que me vendiera su viña o si prefería me la cambiara por otra viña más buena, pero me respondió: No quiero dártela.» (1 Reyes 21, 6)

  • Saliendo de allí encontró a Jonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro; Jehú lo saludó y le dijo: «¿Quieres ser leal conmigo como yo quiero serlo contigo?» Jonadab respondió: «Sí.» Y Jehú le dijo: «Dame tu mano.» Le dio la mano y él lo hizo subir a su carro. (2 Reyes 10, 15)

  • Y agregó: «Llamen a todos los profetas de Baal, a todos sus fieles y sacerdotes. Que no falte ninguno al sacrificio solemne que quiero ofrecer a Baal. El que no se presente morirá.» Jehú obraba con astucia, estando decidido a matar a todos los fieles de Baal. (2 Reyes 10, 19)

  • El rey David replicó a Ornán: «No, quiero comprártelo por su justo precio, pues no tomaré para Yavé lo que es tuyo, ni quiero ofrecerle sacrificios que no me cuesten.» (1 Crónicas 21, 24)

  • y que jamás manché mi nombre ni el de mi padre en este país de destierro. Soy hija única de mi padre. El no tiene ni hijos que puedan heredar de él, ni pariente próximo a quien darme por esposo; no tengo, pues, para quién vivir. Después de perder siete maridos, ¿para qué quiero la vida? Si no quieres darme la muerte, Señor, apiádate de mí, ordena que me respeten y tengan compasión de mí. Que no escuche más insultos.» (Tobías 3, 15)

  • También quiero decirte que deposité diez talentos de plata en manos de Gabael, hijo de Gabrí, en Ragués de Media. (Tobías 4, 20)

  • No intenten averiguar lo que quiero hacer, pues no lo diré hasta no haberlo cumplido.» (Judit 8, 34)

  • Soy piadosa y sirvo al Dios del cielo noche y día. Ahora quiero quedarme a tu lado. Cada noche saldré al valle a rezar a Dios y él me avisará en cuanto hayan caído en el pecado. (Judit 11, 17)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina