Encontrados 157 resultados para: podrá

  • El Angel de Yavé añadió: «Multiplicaré de tal manera tu descendencia, que no se podrá contar". (Génesis 16, 10)

  • pues pensaba: «Si Esaú ataca a un campamento, el otro podrá salvarse.» (Génesis 32, 9)

  • «¿Se podrá encontrar otro hombre como éste, que tenga el espíritu de Dios?» (Génesis 41, 38)

  • Ya van dos años de hambre en la tierra, y aún quedan cinco en que no se podrá arar ni cosechar. (Génesis 45, 6)

  • Si algún extranjero residente quiere celebrarla, tienen que circuncidarse los varones de su casa; entonces podrá participar como cualquier persona del país. El que no esté circuncidado no puede comerla: (Exodo 12, 48)

  • Si un buey cornea a un hombre o a una mujer y los mata, será muerto a pedradas. Su carne no podrá comerse, pero el dueño del buey quedará libre. (Exodo 21, 28)

  • pues este manto cubre el cuerpo de tu prójimo y protege su piel; si no, ¿cómo podrá dormir? Si no se lo devuelves, él clamará a mí, y yo lo escucharé porque soy compasivo. (Exodo 22, 26)

  • Seis días trabajarás, y al séptimo descansarás; tu buey y tu burro reposarán, y el hijo de tu esclava podrá respirar, tal como el extranjero. (Exodo 23, 12)

  • ¿Cómo podrá verse que nos das tu preferencia a mí y a tu pueblo? ¿No será, acaso, en que tú nos acompañarás? Esto nos distinguirá, yo y tu pueblo, de todos los pueblos de la tierra.» (Exodo 33, 16)

  • Cuando alguno de ustedes presente a Yavé una ofrenda de animales, esta ofrenda podrá ser de ganado mayor o menor. (Levítico 1, 2)

  • Todo varón de la descendencia de Aarón podrá comerla. Está será para sus descendientes una ley perpetua: todo lo que toque esas cosas sacrificadas por el fuego para Yavécosas pasará a ser santo también.» (Levítico 6, 11)

  • Uno de los hijos del sacerdote que ha sido ungido podrá ofrecerla en su lugar. Esta ofrenda será quemada entera en el altar: esto será un rito perpetuo. (Levítico 6, 15)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina