Encontrados 120 resultados para: estén

  • Jehú, al que acompañaba Jonadab, hijo de Recab, insistió diciendo a los fieles de Baal: «Averigüen con toda certeza que no haya entrado con ustedes ninguno de los fieles de Yavé y que no estén aquí sino los puros servidores de Baal.» (2 Reyes 10, 23)

  • Entonces llamó el rey al sacerdote Joyada y a los otros sacerdotes, y les dijo: «¿Por qué no han hecho las reparaciones de la Casa? De hoy en adelante no serán ustedes los que recibirán el dinero cuando estén de turno, sino que lo dejarán para las reparaciones de la Casa.» (2 Reyes 12, 8)

  • Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre este lugar del que dijiste que pondrías en él tu Nombre. ¡Escucha la oración que te dirige tu siervo en este lugar! (2 Crónicas 6, 20)

  • Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia porque pecaron contra ti, si rezan en este lugar y alaban tu nombre, y se convierten de su pecado porque los humillaste, (2 Crónicas 6, 26)

  • Que tus ojos, Dios mío, estén abiertos, y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar. (2 Crónicas 6, 40)

  • el cual salió al encuentro de Asá y le dijo: «¡Escúchenme ustedes, Asá y toda la gente de Judá y Benjamín! Yavé estará con ustedes mientras ustedes estén con él; si ustedes lo buscan, él se dejará hallar, pero si ustedes lo abandonan, él los abandonará a ustedes. (2 Crónicas 15, 2)

  • Nadie podrá entrar en la Casa de Yavé fuera de los sacerdotes y los levitas que estén de servicio; éstos podrán entrar por estar consagrados. Pero todo el pueblo hará la guardia de Yavé. (2 Crónicas 23, 6)

  • Estén preparados según las casas paternas y las clases de ustedes conforme a lo escrito por David, rey de Israel, y lo escrito por su hijo Salomón. (2 Crónicas 35, 4)

  • todos los israelitas, que hay en mi reino y que estén dispuestos a ir contigo a Jerusalén puedan partir con sus sacerdotes y levitas. (Esdras 7, 13)

  • Estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para escuchar la oración de tu siervo. Estoy ahora en tu presencia día y noche por tus servidores los hijos de Israel. (Nehemías 1, 6)

  • Pero si cumplen mis mandamientos y los ponen en práctica, los conduciré de nuevo al lugar donde he escogido vivir. Los reuniré, aunque estén dispersos hasta los confines del mundo.» (Nehemías 1, 9)

  • ¡Escucha, Dios nuestro, porque somos despreciados! ¡Haz que caiga su insulto sobre su cabeza y entrégalos al desprecio en un país donde estén desterrados! (Nehemías 3, 36)


“Sigamos o caminho que nos conduz a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina