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no había sobre la tierra arbusto alguno, ni había brotado aún ninguna planta silvestre, pues Yavé Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, y tampoco había hombre que cultivara el suelo (Génesis 2, 5)
Después que nació Set, Adán vivió aún ochocientos años y tuvo otros hijos e hijas. (Génesis 5, 4)
Después que nació Enós, Set vivió aún ochocientos siete años y tuvo otros hijos e hijas. (Génesis 5, 7)
Vivió aún ochocientos treinta años después del nacimiento de Jared, y tuvo otros hijos e hijas. (Génesis 5, 16)
Noé vivió aún trescientos cincuenta años después del diluvio. Al morir Noé tenía novecientos cincuenta años. (Génesis 9, 27)
Después del nacimiento de éste, Shela vivió aún cuatrocientos tres años y tuvo más hijos e hijas. (Génesis 11, 15)
Y como él aún vacilase, lo tomaron de la mano, junto a su mujer y a sus dos hijas, porque Yavé había tenido compasión de ellos, y lo llevaron fuera de la ciudad. (Génesis 19, 16)
Abimelec no la había tocado aún y dijo: «Pero Señor mío, ¿vas a dar muerte a un pagano que es inocente? (Génesis 20, 4)
Pero es verdad que es mi hermana, pues es hija de mi padre, aunque no de mi madre, y ha pasado a ser mi esposa. (Génesis 20, 12)
La joven era muy bella y aún virgen, pues no había tenido contacto con ningún hombre. Bajó a la fuente, llenó el cántaro y subió. (Génesis 24, 16)
«¿Está bien?», preguntó aún. Contestaron: «Sí, muy bien. Mira, justamente allí viene su hija Raquel con las ovejas.» (Génesis 29, 6)
Jacob les dijo: «Veo que el sol está todavía alto y que aún no es hora para guardar el ganado, ¿por qué no dan agua a sus ovejas y las llevan a pastar.» (Génesis 29, 7)
