Encontrados 20 resultados para: asalto

  • David reunió todo el ejército, fue a Rab bá, asaltó la ciudad y la tomó. (2 Samuel 12, 29)

  • Contigo rehúyo el cerco y con mi Dios asalto murallas. (2 Samuel 22, 30)

  • Apenas terminó de hablar, asaltó de repente a los enemigos. Serón y su ejército fueron derrotados. (1 Macabeos 3, 23)

  • Asaltó y tomó la ciudad de Gazer con sus aldeas y se volvió a Judá. (1 Macabeos 5, 8)

  • Judas comprendió que el asalto había comenzado; de la ciudad un fragor subía hacia el cielo, gritos y toques de trompetas. Entonces (1 Macabeos 5, 31)

  • De allí, pasó Judas a Alema, la asaltó, la ocupó, mató a todos los varones, se apoderó del botín y luego la incendió. (1 Macabeos 5, 35)

  • Al correrse el falso rumor de que Antíoco había muerto, Jasón, reuniendo unos diez mil hombres, asaltó de improviso la ciudad. Se defendieron desde las murallas, pero una vez tomadas éstas, toda la ciudad cayó en manos de Jasón, mientras que Menelao se refugió en la fortaleza. (2 Macabeos 5, 5)

  • Dieron el asalto y las plazas fuertes cayeron en su poder. Rechazaron a los que peleaban en la muralla, degollando a cuantos caían en sus manos, y mataron más de veinte mil hombres. (2 Macabeos 10, 17)

  • Durante su reinado, llegó Senaquerib para atacarlo; envió a Rabsaqués, quien se presentó en su nombre y organizó el asalto a Sión. Llegó para jactarse con arrogancia. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 18)

  • En previsión de nuevas desgracias para su pueblo, fortificó la ciudad contra un eventual asalto. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 4)

  • Pues mira cómo está la atierra de Caldea, este pueblo ya no existe, Asiria lo ha entregado a las fieras del desierto. Levantaron torres de asalto, demolieron sus castillos, y sólo quedan escombros. (Isaías 23, 13)

  • ¡A la carga, la caballería! ¡Al asalto, los carros! Adelante, soldados de Etiopía, y de Libia, que manejan escudos, y ustedes los de Libia, que tiran flechas con el arco.» (Jeremías 46, 9)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina