Encontrados 128 resultados para: Rostro

  • Porque si ustedes vuelven a Yavé, nuestros hermanos y nuestros hijos encontrarán misericordia ante aquellos que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra, pues Yavé, nuestro Dios, es clemente y misericordioso, y no apartará de nosotros su rostro si nos arrepentimos ante él.» (2 Crónicas 30, 9)

  • Esdras bendijo a Yavé, el Dios grande; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!» Y se postraron rostro en tierra. (Nehemías 8, 6)

  • Esa noche, después de lavarme, me acosté junto a la pared del patio, con el rostro descubierto, ya que hacía calor. (Tobías 2, 9)

  • Obra conmigo como quieras, quítame la vida y conviérteme en polvo, porque prefiero la muerte a la vida. Ordena que la vida me abandone; de esa manera líbrame haciendo que vuelva al polvo. En realidad, la muerte es mejor para mí que la vida, después de oír esos injustos reproches que me han dejado tan amargado. Ordena, Señor, que me libren de esta angustia y déjame llegar a la eternidad. Señor, no apartes de mí tu rostro.» (Tobías 3, 6)

  • Hacia ti vuelvo mi rostro y mis ojos: (Tobías 3, 12)

  • Con tus bienes haz limosna en beneficio de todos los que practican la justicia y el bien, y no vuelvas la cara al pobre, para que el Señor no aparte su rostro de ti. (Tobías 4, 7)

  • Temblaron entonces, y los dos cayeron con el rostro en tierra, llenos de terror. (Tobías 12, 16)

  • Vuelven a él de todo corazón, y hagan todo lo que es verdadero ante él, y él volverá a ustedes y ya no les esconderá su rostro. (Tobías 13, 6)

  • En cuanto a ti, Ajior, mercenario de Ammón, que pronunciaste estas palabras para tu desgracia, desde ahora no verás mi rostro hasta el día en que me vengue de esta raza venida de Egipto. (Judit 6, 5)

  • «Señor, Dios del cielo, mira su soberbia y ten piedad de tu humilde pueblo; vuelve hoy tu rostro a los que te están consagrados.» (Judit 6, 19)

  • Judit se arrodilló con el rostro inclinado, puso ceniza sobre su cabeza y dejó ver el saco que tenía puesto. Era precisamente a la misma hora en que se ofrecía en la Casa de Dios de Jerusalén el incienso de la tarde. Y dirigió su voz al Señor, diciendo: (Judit 9, 1)

  • Cuando apareció Judit ante Holofernes y sus ayudantes, quedaron maravillados de la belleza de su rostro. Ella se puso de rodillas, pero los ayudantes de Holofernes la levantaron. (Judit 10, 23)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina