Encontrados 183 resultados para: Morir

  • Pero él nos contestó: «¿Por qué me destrozan el corazón con sus lágrimas? Yo estoy dispuesto no sólo a ser encarcelado, sino también a morir en Jerusalén por el Nombre del Señor Jesús.» (Hecho de los Apóstoles 21, 13)

  • Si he cometido algún delito que merezca la muerte, acepto morir. Pero si no he hecho nada de lo que me acusan, nadie tiene derecho a entregarme a ellos. Apelo al César.» (Hecho de los Apóstoles 25, 11)

  • que el Mesías tenía que morir; que sería el primero en resucitar de entre los muertos, y después anunciaría la luz tanto a su pueblo como a las demás naciones.» (Hecho de los Apóstoles 26, 23)

  • Difícilmente aceptaríamos morir por una persona buena; tratándose de una persona muy buena, tal vez alguien se atrevería a sacrificar su vida. (Carta a los Romanos 5, 7)

  • Así, pues, hay una muerte y es un morir al pecado de una vez para siempre. Y hay un vivir que es vivir para Dios. (Carta a los Romanos 6, 10)

  • Pero yo no he hecho uso de tales derechos ni tampoco les escribo ahora para reclamarles nada. ¡Antes morir! Eso es para mí una gloria que nadie me podrá quitar. (1º Carta a los Corintios 9, 15)

  • ¡Necio! Lo que tú siembras debe morir para recobrar la vida. (1º Carta a los Corintios 15, 36)

  • No les estoy acusando; ya les dije que los llevamos en nuestro corazón, para vivir unidos y morir juntos. (2º Carta a los Corintios 7, 3)

  • En cuanto a mí, la misma Ley me llevó a morir a la Ley a fin de vivir para Dios. He sido crucificado con Cristo, (Carta a los Gálatas 2, 19)

  • Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es «terrenal», es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos. (Carta a los Colosenses 3, 5)

  • Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo. (Carta a los Hebreos 2, 14)

  • Por su fe también Henoc fue trasladado al cielo en vez de morir, y los hombres no volvieron a verlo, porque Dios se lo había llevado. Antes de que fuera arrebatado al cielo, se nos dice que había agradado a Dios; (Carta a los Hebreos 11, 5)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina